CAPÍTULO 15

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ROBIN



Mi madre solía decir que cuando mi Mate apareciera sentiría un cosquilleo en el estómago cada vez que él estuviera cerca, eso significaría que mi lobo estaría feliz con tenerlo cerca.


Cuando conocí a Noah el cosquilleo me inundaba y mi lobo aullaba de alegría. Eso me hacía feliz a mi también. Tener a mi Mate cerca me tranquilizaba y me hacía sentir fuera de la realidad en la que vivía.


Mi madre también dijo que cuando la marca apareciera mi vida con mi alfa cambiaría. Cuando nos entregáramos el uno al otro, nuestra esencia se uniría y todo sería diferente. Yo sabría encontrarlo y él a mi, porque nuestro aroma dejaría un rastro que podríamos seguir solo nosotros. También dijo que nuestros lobos se conectarían y podríamos hablar a través de ellos, aún estando lejos el uno del otro.


Eso era la bendición de la diosa luna.


(...)



-Hola- saludó Noah en cuanto me vio despierto. Hacía días que dormíamos juntos, ya que nuestros lobos no querían estar separados.


-Hola- le di una sonrisa. Él se acercó a mi y envolvió mis labios con los suyos.


Cuando pasaron un par de minutos me puse de pie y él también lo hizo. Después me cambié el pijama y me alisté para ir a preparar el desayuno.


Noah me siguió hasta la cocina y me ayudó a preparar el desayuno. Era un completo principiante y ni siquiera sabía para que servía cada cosa de la cocina. Nunca se molestó en hacer las cosas, finalmente él era un alfa y esas cosas no iban con alguien como él.


Le expliqué a detalle la función de cada cosa y creo que me entendió un poco. Cuando terminamos de preparar el desayuno fuimos a comer y cuando terminamos él salió.


Los planes para el rescate de mi madre estaban casi completos. Elyan hizo un pequeño trato con los demonios de ojos rojos, nosotros les daríamos la cabeza del que se llevó a mi madre a cambio de los nuestros.


Claro que obtenerlo no sería fácil. Entonces los demonios de ojos rojos nos dijeron cual era su debilidad: "La daga de sangre dentro de su corazón".


Cuando el plan se consolidara atacaríamos y venceríamos, no había fallas en eso. No por nada habían pasado casi dos meses enteros en idear y planear. Las probabilidades de perder eran casi nulas.


Al atardecer él volvió. Lo recibí en la entrada con un beso y un abrazo de mi parte, mismos que fueron correspondidos.


-Te extrañé- susurré.


-También lo hice- me cargó y comenzó a caminar -Ahora que he vuelto, ¿podrías complacerme?


-Lo que sea por mi alfa- susurré envolviendo su cuello con mis brazos.


(...)


Mi lobo estallaba de alegría, por fin su Mate estaba unido a él. Yo también estaba feliz, la persona que amaba estaba a mi lado y lo mejor era que estábamos unidos.


-Aún me pregunto- dijo Noah -¿Por qué en el pasado no simplemente me rechazaste y rompiste lazos?- me miró.


Yo lo miré -No quise hacerlo, sabía que muy en el fondo me arrepentiría de hacerlo.


Los errores del pasado se quedan ahí, eso es lo que decía mi madre. Aunque las palabras de Noah dolieron, sabía que muy en el fondo tenían razón.



"Los omegas son débiles y deben mantenerse sumisos ante su alfa por siempre". Eso fue lo que dijo mientras estaba ebrio. Ya sabes lo que dicen, los ebrios siempre dicen la verdad, los ebrios siempre muestran sus pensamientos y deseos más profundos. "Eres mío y me pertenecerás por el resto de tu vida". "Sabes que un omega débil como tu no podrá hacer nada contra un alfa fuerte como yo, ¿verdad?"



Alejarme de él fue lo mejor, pero lo extrañé con cada día que pasaba. Quería estar a su lado y ser su omega, ese era mi instinto y siempre lo odié.


Cuando me reencontré con él, me enteré que dejó de beber desde ese día, eso me puso feliz, él cambió por mi, por un omega débil, debía sentirme orgulloso de tener a un alfa como él.


-En serio que te extrañé- susurró abrazándome más fuerte.


-Yo te extrañé a ti- sonreí, le robé un beso y después me acurruqué en su pecho -Ahora descansa- cerré los ojos.


-Te amo- susurró y depositó un beso en mi frente.


(...)


Al día siguiente unas enormes ganas de vomitar me despertaron. Me levanté corriendo y fui directo al baño y devolví todo lo que mi estómago tenía.


-Robin- Noah llamó a la puerta -¿Estas bien?- preguntó preocupado.


-Si- dije después de haber terminado de vomitar. Limpié mi boca y luego bajé la palanca del inodoro para que todo se fuera. Me levanté del suelo y luego fui a abrir la puerta.


En cuanto lo hice Noah corrió a abrazarme -Debes dejar de preocuparme de esa forma- dijo.


-No lo haré más- correspondí su abrazo.


-¿Qué sucedió?- preguntó una vez me soltó -¿Por qué devolviste el estómago?


-No lo sé- volví a la cama -Creo que no me siento bien el día de hoy, tal vez me hizo daño la comida de la cena- sonreí.


-Entonces puedo quedarme aquí para cuidarte.


-No- negué -Tienes que ir con Elyan, recuerda que él no debe saber nada hasta que recuperemos a mi madre y nos vallamos.


-Lo sé, pero mi amado omega está enfermo.


-Estaré bien- dije -Me prepararé un té y con eso me pondré mejor.


-Bueno, me iré, pero volveré temprano, ¿Esta bien?


Asentí y lo despedí dándole un beso en los labios. Él correspondió mi beso y después se fue a reunir con Elyan y el resto de chicos.


Yo seguí recostado en la cama, no sentía ningún malestar estomacal, pero el asco no se fue. Cada cinco minutos tenía ganas de vomitar. Traté de comer algo, pero la comida no pasaba, no tenía hambre. Aunque a las pocas horas un hambre tremenda me llegó, me sacié, pero así como entró, salió. El asco volvió a llegar y vomité.



¿Qué pasaba con mi cuerpo?



Consulté mis síntomas con el hermano de Jan y la noticia no podía ser buena. Yo no podía estar embarazado.


Alfa y Omega   [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora