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Este capítulo es algo extenso (unas 6K palabras), así que aviso para que os acomodéis antes de empezar a leer...

Me disculpo también por cualquier incoherencia o error ortográfico. Al ser un capítulo tan largo y tener tan poco tiempo no me ha dado tiempo a corregirlo bien del todo.

Espero que lo disfrutéis <3

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El descampado está a rebosar de personas, aunque eso no es nuevo teniendo en cuenta lo mucho que a la gente le gusta el chisme. Kirishima frota sus manos con desespero, el frío hace rato que le ha hecho perder sensibilidad en sus dedos. Debería haberse abrigado más, pero nunca sabe calcular cuánta ropa ponerse y no quería llegar tarde.

Un par de personas que no conoce le dan unas palmadas en la espalda cuando pasa por su lado y uno de ellos le pregunta si ya han decidido quién reemplazará a Kaminari después de esa noche. Kirishima solo sonríe y les da un empujón para quitarles de su camino. No tenía intención de parecer amistoso y tampoco quería empezar una pelea tan pronto teniendo todavía una larga noche por delante. Eso sí, si una sola persona más volvía a mencionar a su amigo, Kirishima no respondería a sus actos.

El resto del equipo ya viste su equipación de invierno, además de algunas prendas térmicas que no se ven a simple vista. A Kirishima se le hace raro verlos a todos con sus uniformes rojizos fuera del instituto, pero era obligatorio vestirlos en ese tipo de eventos para que los distintos grupos pudieran diferenciarse bien entre sí. Las animadoras, a un costado, también llevan los suyos. Kirishima les echa un vistazo y saluda a Mina con la mano, recibiendo una sonrisa. La verdad es que le gustaría estar con las chicas, pero supone que tiene que aguantar del lado de su equipo esa noche.

Además de ambos clubes varias personas del Consejo andan de acá para allá, siguiendo indicaciones frenéticas de Iida. Los alumnos que solo han asistido para curiosear están hablando animadamente y Kirishima cree ver a más de uno con una cerveza en mano. Pronto dará la medianoche y se están acabando los últimos preparativos para que Kaminari y Shinso compitan por el premio que se ha anunciado en las redes de U.A.

Un grito que proviene del bosque de su derecha hace que todos guarden silencio. Alguien entre la multitud empieza a reír diciendo que el capitán del club de tiro con arco no ha durado mucho tiempo. Sin más, las charlas se retoman como si nada, aunque Kaminari (escondido entre sus compañeros) está un poco más pálido ahora y Kirishima se ve en la obligación de unirse a ese círculo que ha formado el club de fútbol y del que intuye que no está saliendo nada bueno.

—Y recuerda —le está diciendo Tsuburaba a Kaminari—, si se te acerca demasiado tienes que darle un puñetazo en la barriga y, cuando se agache, haces así con el brazo y le das un codazo en toda la espal-

—Demasiada lucha libre, cállate —dice Awase, tomando el relevo—. Tú solo asegúrate de no dejar que te pille, capi. Ya verás que el resto no es para tanto.

Kirishima frota sus brazos tiritando un poco, siguiendo la conversación como puede. Si era para tanto o no no lo sabía, pero lo que sí sabía mejor que nadie es que Kaminari era un miedica en toda regla. Desde que tiene memoria lo recuerda lloriqueando con películas de suspense y ya ni habar de las de terror, las cuales evitaba a toda costa. De hecho, le impresionaba lo serio que parecía en esos momentos, tanto que no sabías si su mutismo era causado por el miedo o por pura concentración.

Los chicos no se molestan en preguntar si se encuentra bien, porque están demasiado entusiasmados intentando animarle.

—No es que no confiemos en ti, pero es que Shinso está en muy buena forma y la verdad es que a su lado... —empieza a murmurar Sato, parando a medio camino cuando se da cuenta de que la está cagando.

love & game | shinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora