~La Tortura~

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Llegué a la casa y sí le pagué el doble al taxista porque hizo lo que le pedí, al bajarme vi el  convertible blanco con un sticker de "Deep Dope" en la tapa de la gasolina. "¡Jirou!" Me asomé a la ventana pero el auto estaba vacío. "¿Dónde estás?" Me dije y giré el rostro porque evidentemente estaría en mi puerta. Subí corriendo y cuando llegué a mi piso al salir del elevador la vi sentada en el suelo a lado de mi puerta, tenía un six de cerveza y ya habían 3 latas apachurradas a su lado.

- ¡Hey Yamming-yay! – Dijo al verme aparecer. – Llegaste rápido. – Dijo meneando la lata en su mano, en la rejilla de plástico quedaban 2; tenía el jack conectado a su celular y los ojos negros por las lágrimas.

- ¿Qué te pasó? – Me hinqué delante de ella; lo que vino a continuación fue duro de asimilar, mucho en verdad; estiré mi mano y la puse en su mejilla usando mi pulgar para llevarme sus lágrimas y ella giró el rostro, lo suficiente para acunarse en mi palma, no saben cómo me dolió eso y a la vez me sentí impotente. - ¿Que ocurre? - 

- Me rechazaron. – Dijo cerrando los ojos y yo sentí que me hervía la sangre. "¿QUIÉN?, ¿CÓMO?"

- ¿Qué? – Ella elevó su rostro y le dio otro trago a la cerveza, yo sólo sentí que la carga iba a salir. 

- Cometí el error número uno sabes... el "me gustas" apresurado. – Sólo la miré porque no sabía qué decirle. – Hubieras visto su cara, fue como si le diera asco, creo que le dio asco. –

- ¿Qué cosa? – Y ya no lo controlaba, la estática comenzó a salir y me levanté para alejarme de ella. Jirou me miró sin comprender porqué me había alejado de pronto hasta que vio la electricidad rodeando mi cuerpo, entonces enarcó las cejas y dejó la lata a un lado. – No te acerques ahora. –

- Oye tranquilo, no te pongas así. –

- No es que... es que... - Apreté los puños encajándome las uñas en las palmas y me concentré en ese dolor. – Que hijo de puta. – Terminé y a ella le dio risa.

- ¡Jajajajajaja! – Y escucharla de esa manera hizo que se me espantara la carga, todo regresó de nuevo a mi cuerpo y suspiré. – Nunca te había escuchado decir una grosería como esa. -

- Perdón pero ese... ese bastardo se lo merece. –

- ¡Jejejeje! Pues... - Y de nuevo se le desbarató el rostro. - Supongo. - 

- A ver, vamos para adentro. –

- Ok. – La ayudé a recoger las latas tanto vacías como llenas y ella tomó lo demás; abrí la puerta y entramos; terminé ayudándola a mantenerse en pie porque se fue de lado cuando levantó un pie para quitarse la deportiva que llevaba puesta.

- Déjame a mí. – Le dije dejando la basura a un lado y sentándome en el borde del genkan para soltar sus agujetas, ella sólo me miraba, llevaba una camiseta larga de franjas blancas y negras y un short de jean azul oscuro que apenas se veía debajo del borde de su camiseta larga, además de las deportivas negras con morado, llevaba el cabello recogido en una coleta en la parte trasera y me miraba mientras le soltaba las agujetas, de pronto me picó con el jack en la mejilla y yo la miré, entonces una lágrima me cayó en la mejilla. – Jirou... -

- Esto es tu culpa. – Dijo y el alma se me encogió.

- ¿Qué? – Realmente no entendí nada.

- Si hubieras ido al concierto conmigo. – Así que fue ese sujeto, ahora lo odiaba el doble.

- Vi tus fotos. –

- ¿Las viste? –

- Si, están en tus redes. –

~Una Noche en París~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora