Único

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Jaemin miró a Renjun todo el día, desde que se despertaron por la mañana hasta bastante tarde por la noche. Comieron con sus demás amigos como siempre y después cada uno fue a su habitación, su novio lo miró esperando que hablara, pero este jamás lo hizo.

—¿Tienes algún problema conmigo o algo así, Na Jaemin? —preguntó el lindo castaño mientras quitaba su remera. Su novio negó de inmediato, cerrando sus ojos para que se cambiara tranquilamente, Renjun suspiró y se sentó junto a él en su cama —. Si no me dices lo que pasa, no sabré como ayudarte a solucionar el problema, lo sabes, ¿verdad? —Jaemin asintió, pero su novio se quedó en silencio.

Renjun suspiró derrotado y se acomodó al rincón de la cama como todos los días. —¿Estás enojado conmigo?

—No, ¿debería? —Jaemin negó de inmediato, aunque su novio no pudiera verlo.

—Es que no... no importa, buenas noches.

Durmieron cada uno en su lado, el castaño volvió a suspirar y cerró sus ojos, deseando que el día siguiente apareciera pronto.

El primero en despertar fue Renjun, quien salió de la habitación. No estaba acostumbrado a dormir sin los cálidos abrazos de su novio, pero no podía ceder, tenía que hacer a su novio pedir las cosas.

—Buenos días, Jeno —le dijo a uno de sus amigos y subarrendatario de la casa—. ¿Cómo dormiste?

Jeno levantó una de sus cejas y bebió directamente de la caja de leche. —Mejor que tú a mí parecer. No estás ahorcándome por hacer esto —volvió a beber sin despegar sus ojos de Renjun.

—Me da igual, estoy cansado. Dormí mal, pero ya me propuse esta meta y no me daré por vencido.

El pelinegro negó y fue a dejar la caja en la nevera. —Si sabes que Jaemin es un tonto cuando se trata de ti, ¿no? Es decir, con nosotros es básicamente el diablo, a mí me tiene un poco de lástima y por eso no me trata como a Haechan y Jisung, pero contigo es un algodón de azúcar que se derrite.

—Jeno, no quiero sonar como un idiota, pero ya lo sé. Estamos saliendo desde hace seis años.

—Bueno, su relación es confusa. Pareciera que él sigue en la etapa de negación y cree que solo existe en su mente. Habla con él.

—¿Otra vez? Desde hace cinco, escúchame bien, cinco lindos años, he tratado de hacerle entender que somos novios y que puede hacer lo que quiera conmigo —Jeno hizo una mueca con asco—. Consigue una novia o algo y entenderás mi punto, pareces un adolescente.

—No me uses de saco de boxeo —el pelinegro lo apuntó con su dedo y se marchó en cuanto vio a Jaemin mirarlo algo molesto—. Me voy, pórtense bien. Yo también vivo aquí.

Renjun se dio la vuelta para ver a su novio que no parecía de buen humor. —¿Te caíste de la cama? —preguntó el castaño, sonriendo divertido al aura asesina del rubio.

—¿Por qué no me despertaste? Hubiera preparado el desayuno para los dos —caminó hacia Renjun y acercó su mano al lindo rostro de su novio, pero como siempre, no hizo nada—. ¿Ya comiste?

El castaño rodó sus ojos y negó. Sería bastante difícil, pero lograría que ese tonto novio que tenía tuviera más valentía.

🦊🐰

El plan no iba tan bien como quería. Jaemin estaba de un humor terrible con sus demás amigos, no sabía qué pasaba con Renjun quien había dejado de dormir con él en la misma cama y ahora dormía en el sofá.

—¿Por qué no le dices? —preguntó Haechan, sacando la paleta de su boca—. Estamos todos bastante cansados con su extraña relación.

—No es fácil —Jaemin miró su refresco y movió con sus manos los hielos que aún quedaban—. ¿Qué tal si se enoja?

Un beso, por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora