Even In Eternity [KookTae] [One shot]

Capítulo único

Notas :

• La letra en cursiva son los pensamientos/recuerdos de Jungkook.

• Todo está narrado por Jungkook.

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Todo comenzó cuando tú y yo nos conocimos bajo la torrencial lluvia. Las calles inundadas impedían el paso a las siguientes aceras, así que me refugié bajo un paradero de autobús.

Estaba todo tan solitario, con solo el frío de compañía hasta que llegaste tú, con tu ropa hecha añicos, tu cabello desordenado y tu rostro golpeado.

En ese momento temí que fueses un ladrón. Las calles estaban solas, solo éramos los dos.

Tú te acercaste, y yo me alejé. Solo querías un poco de ayuda, sin saber lo que podrías ocasionar. Solo necesitabas la mano de alguien.

Cuando caíste inconsciente en la acera con la mano alzada hacia mí, supe que debía hacer algo. Que necesitabas ayuda. Entonces lo hice. Me metí en algo que no tuve que haber hecho. Pero que incluso ahora no me arrepiento.

Mi madre siempre me había dicho que el mundo humano era cruel, que no debía confiar en nadie ni ayudar a nadie. Un paso en falso y caería para siempre. Lo recordé en aquel momento en el que te cargaba camino al hospital, con tu peso muerto sobre mi espalda pero sin importarme demasiado, tus latidos eran cada vez más lentos, y tu cuerpo temblaba por el frío.

Incluso en tu oscuro cabello se notaban los rastros de sangre. ¿Qué había pasado? ¿Te habías metido en una pelea callejera? Eso es lo que pensé en aquel momento. Vaya iluso. Si tan solo hubiese visto esa marca en tu cuello, entonces tal vez todo habría sido diferente.

En el hospital no te quisieron atender. Los médicos estaban asustados, yo no entendía el porqué. Eras solo un chico normal, ¿o no? Incluso cuando les pregunté que pasaba, ellos no me dijeron nada. Cobardes. Malditos cobardes.

Ya no sabía qué más hacer. Sangrabas cada vez más y tu respiración cesaba, y cometí el error más grande de mi vida.

Hacer un pacto.

Eras solo un desconocido, ¿por qué entonces el hecho de pensar que morirías frente a mí hacía que mi pecho doliera? ¿Por qué una voz dentro de mí gritaba que te salvara? No lo entendía. Realmente no lo hacía. Pero estaba decidido a salvarte de un modo u otro.

Te cargué nuevamente. Tu cuerpo pesado sobre mi espalda. Caminé por las calles vacías. La lluvia no parecía dar tregua y llovía incesablemente, ¿era eso acaso alguna especie de señal? Quién sabe.

Llegamos a un callejón y solo pude acostarte en unas cajas desarmadas que habían sido tiradas. Al instante estas se llenaron de sangre, anunciando que tu alma se iría pronto de tu cuerpo.

Me negué por completo a la idea.

Tomé tus frías manos ensangrentadas, y las puse cerca de mis labios. Entonces todo el mundo se detuvo, las gotas de lluvia dejaron de caer y se detuvieron en el aire. Los perros escapando del frío se quedaron quietos, y todos los relojes dejaron de hacer tick tack.

Mordí un poco mi lengua, haciéndola sangrar, y junté en mi boca la sangre de aquel chico desconocido y la mía antes de presionar mis labios contra los suyos. Mezclando saliva y sangre. Mis ojos brillaron, su cuerpo tembló y finalmente sentí como una marca aparecía en mi dedo anular y el tiempo retomaba su curso.

El pacto estaba hecho.

Me alejé de sus labios, y las heridas en todo su cuerpo comenzaron a cerrar, su sangre regresó, y su semblante se tranquilizó. Dejando ver el rostro de un lindo chico durmiente. Ajeno a todo lo que había ocurrido y que estaba por ocurrir.