La primera cita

Harry intentaba estudiar. Pero no podía, pues sus pensamientos eran sobre su amor imposible, Draco Malfoy.

Es irónico, pensó, mientras pasaba la página del libro que de hecho no estaba leyendo.

Malfoy lo molestó por 5 años y este año no sería diferente. El siempre ha sido insoportable, abusivo, creído, pero también estaba tan bueno, pensó Harry.

Malfoy es rubio, de ojos grisáceos, tenía una mirada que lo enamoraba cada vez más, su sonrisa era alegría para él. Harry podía estar mal, pero la hermosa sonrisa que tenía Draco tenía el poder de desaparecer todos sus problemas y preocupaciones. Siguió pensando en el rubio y en cuanto le gustaba. Hasta que una voz muy conocida lo trajo de vuelta a la realidad.

—¿Estudiando Potter?

Levantó la cabeza y se encontró al dueño de sus pensamientos, al rubio Draco Malfoy.

—¿O finges estudiar para que Granger no te golpeé? —solto Malfoy de manera burlona.

—¿Qué es lo que quieres, Malfoy? —Dije mientras mi corazón latía más y más rápido. Malfoy solo se quedó en silencio. Ese momento sin hablar se sentía eterno.

Nuestros ojos se encontraron y sentí esas putas mariposas en mi estómago, él me miraba con intensidad haciendo que me ponga nervioso.

Ojalá que no esté sudando, pensé

Esa mirada duro solo unos pocos segundos, los cuales se sentían como horas.

—Vos y yo en el bosque prohibido a las doce. —Dijo Malfoy antes de irse.

Dejándome con tantas dudas en la cabeza, ¿Qué quería decir Malfoy? ¿Acaso me estaba invitando a salir? Esas y más preguntas no paraban de aparecer en la mente del enamorado.

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Ya eran las 11:50 y Harry estaba en él bosque, se encontraba esperando a su amor platónico.

Pasaron 10 minutos, ya eran las 12 y Draco no aparecía.

Me dejó plantado. Me esta recontra boludeando y yo como un estúpido creyendo que Malfoy me daría la oportunidad de salir con el, pensé, antes de levantarme para irme a la mismísima mierda.

Harry estaba por irse, pero una silueta salió de los árboles.

—¿Ya te vas Potter? No me esperaste ni 5 minutos. la paciencia no es tu fuerte obviamente.

Él rubio vestía un traje. Un traje negro que lo hacía verse más caliente todavía.

—¿Porque estás así vestido? —preguntó Harry

—Que pena. Pensé que nuestra cita te importaba más —Se lamentó Draco.

Se podía ver en sus ojos hermosos la tristeza, la decepción y el dolor.

No puedo ser más boludo porque no quiero. Pensó Harry.

—Perdóname, no tengo otra ropa — empece a decir, para que el rubio no se sienta mal.

—Ya sabés que me visto como un vagabundo — dije tratando de hacerlo reír.

Él rubio sonrió. Su sonrisa es lo más hermoso que vi, es imposible decir todo lo que Draco provoca en mi.

—Entiendo, Harry.

Me había llamado por mi nombre y saliendo de la boca de Malfoy sonaba tan bien.

—Así que ahora nos llamaremos por nuestros nombres —Dije de manera irónica.