ÚNICO

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Hoy era lunes, algunos pueden considerarlo el peor día de la semana, pero para Taehyung, este se convertiría en uno de los días más lindos de su vida.

El omega arregló las arrugas de su hoddie, se miró en el espejo y sonrió. Hoy se sentía lindo.
Salió de casa rápidamente, no sin antes cojer las llaves de su auto, estaba emocionado por ir al departamento de su mejor amigo, Jimin. Sobretodo porque hoy llegaba, después de cinco meses, el hermano de este.

Arrancó el auto y se puso en marcha, la emisora de la radio estaba pasando su canción favorita, el día estaba soleado pero se sentía fresco. Todo estaba siendo perfecto.

Su teléfono sonó con el típico sonido que había escogido para su mejor amigo.

---Jiminie, ya estoy en camino ---fue lo primero que dijo al responder la llamada.

---Taehyung-ah, ¿Estás cerca?

---Mmm, como a 10 minutos ¿Por qué?

---Lo que pasa es que el vuelo de Jungkook se retrasó, acaba de aterrizar a penas hace 5 minutos, llegaremos un poco tarde a casa.

Su lobo estaba dando vueltas por la felicidad que sentía, el solo hecho de escuchar aquel nombre lo hacía menear la colita con demasiada alegría.

---Oh, está bien ¿Quieres que vaya para allá? ---preguntó. Si dependiera de él, habría esperado al alfa en el aeropuerto toda la noche.

---No te preocupes, estamos por salir a casa. Te llamaba para que vayas entrando, usa la llave de emergencia.

---Okay, nos vemos en un rato.

Se despidió de su mejor amigo y colgó la llamada. El tiempo para ver a Jungkook se había alargado un poco, pero todo valdría la pena una vez volviera a escuchar su voz de cerca, ver sus lindos ojos, esa sonrisa que lo volvía loco y sentir el olor a tierra mojada que su lobo y él tanto amaban.

Taehyung había estado platónicamente enamorado del alfa desde la primera vez que lo vió, tenía a penas 13 años cuando su corazón latió por alguien más. Incluso se presentó como omega una noche después de conocer a Jungkook, el hermano menor de su mejor amigo.

Llegó al departamento de Jimin y frunció el ceño al ver el terrible desastre que había. Estaba limpio, sí, pero nada estaba en su lugar.
Se puso manos a la obra y decidió ordenar todo, era un amante de tener cada cosa donde pertenecía.

Tal vez por esa misma razón su corazón dio un vuelco al abrir la puerta de una de las habitaciones y percatarse que era la de Jungkook, al entrar y sentir su aroma ligeramente, debido a la ausencia del alfa, su lobo saltó de alegría. Taehyung sentía que pertenecía a ese lugar.

Odiaba ser entrometido pero no pudo evitar sentarse en la cama del chico, tomar su almohada y olisquearla un poco. Era extraño, habían pasado meses desde la última vez que el alfa estuvo en esa habitación y Taehyung podía sentir su olor completamente plasmado.

Un gemido de satisfacción salió de sus labios al undir su rostro en la almohada. Amaba, adoraba y anelaba tanto ese aroma. Necesitaba, no, exigía tener a Jungkook a su lado.

---¿Que me está pasando...? ---susurró para sí mismo.

Una corriente viajó por todo su cuerpo, comenzó a sentir la temperatura aumentar y de pronto solo tuvo ganas de enterrarse en aquel aroma.

Sus mejillas quemaban pero no sabía la razón exacta del por qué. Su celo era aún en una semana pero ahora se sentía caliente.

Se subió por completo en la cama del alfa y se tumbó bocabajo, no sin antes despojarse de su hoddie, sentía mucho calor. Enterró su rostro en las sábanas aspirando aquel delicioso aroma que lo estaba volviendo loco.

CELO - KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora