Expiación

55 13 7
                                    

—No he sido un buen hombre, amable diosa.

Él comenzó a llorar. Un llanto desconsolado que lo llevaba a temblar y estremecerse. Uno de esos de carácter sincero.

“Toda mi vida ha sido patética. Desde que escapé de mi pueblo natal hasta la actualidad. He sido un pedante y estafador, siempre queriéndome salir con la mía. Robé y maté por conseguir oro y joyas durante años. Incluso, una adivina había predicho lo que me ocurriría si seguía por aquel mal camino y yo decidí no oírla. En cambio, la maté para robarme sus pertenencias. Era un desalmado. No soy apto para este mundo. Soy un verdadero monstruo”.

Un ladrón y asesino. No era el primero en llegar a mi cueva. Sin embargo, los que lo habían hecho lo hacían sin remordimiento en sus acciones. Solo buscando un lugar donde ocultarse. Sin embargo, Dámaso había entrado de rodillas, arrastrándose sin mostrar arrogancia. Quizá eso fue lo que impidió que yo haya decidido matarlo desde unos inicios.

—No merezco estar vivo. Ya debería estar nadando entre los muertos en el Hades. Pero no tengo el coraje para acabar con todo. Soy un verdadero cobarde —dijo temblando. De repente, me agarró las manos y me miró directamente a los ojos, cosa que no había presenciado desde hace décadas —. ¡Quiero morir!

—Si tu ansia de morir es tan grande, puedo ayudarte...

5. Los ojos de la muerte [BG #5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora