𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 IX

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—¿Ya va siendo hora? Todavía no pude digerir todo esto. Si te soy sincero, tengo un poco de miedo —dijo bajando la cabeza pensativo.

—¿Te imaginaste decir alguna vez esas palabras?

Suspiró.
—No, la verdad es que no, solo llegué a decirlo cuando era un débil humano. En esa época la mayoría de mi familia sabía que moriría, esperando como viles carroñeros para poner sus sucias garras sobre mí y ahora mismo, esa misma sensación volvió…

—Al final tú terminaste poniéndoles las garras, pero no te preocupes, el camino será largo y tendrás tiempo para reflexionar.

Muzan alzó una ceja ante esa respuesta. Las dudas lo carcomian por dentro, todo tipo de cosas podrían pasarle y las variables aumentaban por cada crimen cometido. Ante todo esto una duda surgió dentro de él, algo frustrado y decepcionado de sí mismo decidió preguntar:
—¿Crees que todo pudo ser diferente sí mi madre no hubiese muerto?

—Sin dudas, ella pudo ser una mujer maravillosa, pero lastimosamente las enfermedades escapan de mis capacidades.

—Ya veo —sonrió aliviado— Creo que estoy listo para lo que venga.

Muzan se trono los dedos y peinó su cabello hacia atrás.
—No importa que tenga que esperar un poco más, y tal vez no sepa lo que vendrá, ¡pero cumpliré mi misión! —dijo mirando al ente.

Un inesperado subidon de ánimos atacó a Muzan, y este miró a la deidad con determinación. Esos ojos afilados del Rey reflejaban determinación, pero en ese momento no era el Rey que todos conocían… era su niño interior el que hablaba.

Si no pudieras cambiar no estarías aquí, prepárate para el viaje…

Con un dulce cantico una bella peliceleste de cabello corto cantaba mientras cocinaba un gran desayuno, uno lleno de amor, para el día especial que tendría su hija

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Con un dulce cantico una bella peliceleste de cabello corto cantaba mientras cocinaba un gran desayuno, uno lleno de amor, para el día especial que tendría su hija.

Su hija desde que tiene raciocinio le gustan los héroes, no era muy difícil adivinar que ella quisiera ser una. Hace varios años se lo empezó a tomar con seriedad, entrenando su peculiaridad desde muy niña, pero con grandes resultados.

Y hoy era el gran día, donde pondría su destreza a prueba para ver si es digna de entrar en aquel lugar.

—Buenos días —Nejire dijo somnolienta— ¿Ya está el desayuno?

La mujer rió al ver a su hija.
—Casi está, ve a la sala que ya lo llevo enseguida, por cierto, ¿Estás lista para el gran día? —dijo al voltearse para verla.

—Si, pero también estoy muy nerviosa, ¿qué pasa sino apruebo? ¿O que tal si algo ocurre y me impide pasar el exam…

—¡Primero desayuna! —interrumpió, entregándole la comida en sus manos— Luego piensas en el resto, estar nerviosa no ayudara.

Quirk Demoníaco [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora