I

79 6 1
                                    


I. ¿How did we get to this?



¿Cómo llamarías a aquello donde puedes sentir texturas y olores?, Dónde una presencia externa interviene haciéndote creer que perteneces a ese lugar y del cual se te hace imposible salir, te sientes atrapada y afiliada a una realidad a la cual no perteneces.

Tuve mi primer golpee contradictorio al notar al atractivo hombre durmiendo a mi lado, el resplandor de la media luna iluminaba cada fracción de su cuerpo, podía sentir la agitación de su respiración pegando directamente a mi rostro, mientras una de sus manos divagaba para atraerme más hacia el, me dió un fuerte dolor de cabeza en tanto mis pensamientos chocaban entre si.

Me puse de pie sintiéndome agobiada, queriendo morir internamente. Fue entonces cuando el bello hombre despertó, tantaneo un par de veces su mano en la sabana, buscándome y al no encontrarme giro su cuerpo para encontrarme de pie a la cama.

─¿Cariño, sucede algo?─Me dijo, al tiempo en el que se levantaba.

Negué rápidamente, y al verlo ahí supuse que no iba a hacer tan fácil deshacerme de el.

─Entonces, regresa a la cama─ Insistió─ Es bastante tarde y mañana necesitas tener energía.

No supe con exactitud en que momento me quedé completamente dormida, a la mañana siguiente me desperté sola en la habitación, no habia rastro de aquel hombre que estaba junto a mí no hace mucho tiempo.

Examine el lugar con recelo, sintiéndome vigilada por las paredes, sintiéndome extrañada y como si faltara algo en mi para sentirme completa.

Fui al baño para echarme un poco de agua fría en la cara y así tal vez despertar de esta pesadilla, me mire en el espejo y no reconocí quien era, seguía siendo la misma, no reconocí quien era esa hermosa mujer del espejo.

Me paralice un momento, tratando de que mi sistema estuviera preparado para todo lo que estaba por venir.

Me tire agua fría y sonreí;

─Todo está bien elizabeth─ Dije mientras admiraba mi reflejo.

Regrese a la habitación, el hombre castaño estaba ahí examinando el lugar.

─¡Por las barbas de Merlin!, que susto el que me diste─Corrió a abrazarme, su rostro realmente reflejaba preocupación por mi.

─Solo...estaba en el baño─Dije.

─¿Que sucede amor, cuéntame? ¿Porque estás actuando tan extraño, como si no me conocieras?─ Volvió a insistir, sus ojos chocolate me miraban pacientemente, y la cercanía entre ambos hizo que pudiera percibir su aroma natural; era exquisito y embriagante. Mis sentidos se atontaron y mi mente se nubló. Deje que me llevará con el, percibiendo cada detalle de su cuerpo.

Sus labios eran tan suaves y su pecho presionaba contra el mío. La habitación se envuelve de silencio y lo único en lo que podría pensar es en sus labios sobre los míos.

Mis rodillas se debilitan y mi cuerpo flaquea al sentir estar entre sus brazos.

¿Conocen ese sentimiento de cuando estás dentro de lo que será un recuerdo para toda la vida?.

Bueno, este era uno de esos.

─Deberíamos bajar ya─Finalizo diciendo para dejarme sola nuevamente.

Sobre la cama, había un suéter rojo clásico y unos vaqueros azules, supuse que el lo había dejado ahí para mí así que lo tome y me lo puse.

Baje a lo que parecía ser el comedor, me detuve a la mitad de las escaleras para asimilar nuevamente las grandes emociones por las cuales experimentaría, inhale y exhale un par de veces.

Efímera existenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora