Los días, semanas y un mes habían transcurrido muy bien, las vacaciones por fin de curso estaban cada vez más cerca.
Ahora mismo estábamos en clase de pociones con Slytherin, algo estaba pasando, Draco Malfoy me miraba más de lo normal y no fui la única en darme cuenta.
—¿Qué le hiciste? Parece que quiere matarte con la mirada. —dijo Cho.
—No tengo la menor idea, —respondí dándole una mirada rápida a Malfoy quien rápido apartó su atención de mí y volvió a su caldero —ni siquiera le hablo.
—Mh, quizás está enamorado. —opinó Luna.
—Eso no parece una cara de enamorado. —respondí, Cho concordó.
Seguimos trabajando, yo bajo la mirada de Draco, la cual incluso Snape notó y me hizo una señal, yo solo subí los hombros porque ni yo sabía qué se traía su otro ahijado.
La clase terminó y caminé junto a luna a clases de defensa, la antigua profesora igual de cuerda que Umbridge no tardó en ser despedida por las múltiples quejas de los padres con el ministerio, nunca se los dije a los míos por lo que ellos se enteraron por las noticias.
—¿No pensabas decirle a tus padres? —como si Luna hubiera leído mi pensamiento, señaló la cicatriz de mi mano.
—No le tomé importancia en realidad, —respondí encogiéndome de hombros —estaba segura que Dumbledore se haría cargo, y lo hizo, —le sonreí —además... mis padres han estado algo raros, sus cartas son mucho menos frecuentes, solo me envían dinero y si acaso escriben algo como "Te queremos" o "Cuídate mucho".
—Quizás están ocupados, según escuché el ministerio está trabajando mucho porque han encontrado a muchos de los mortífagos que escaparon. —comenta ella.
—¿Será por eso que Malfoy no dejaba de verme? —susurré mientras entrábamos al salón.
—Quizás, pero no entiendo el porqué tú tendrías algo que ver.
Nos sentamos juntas, la clase era con los de Gryffindor, a lo lejos miré a mis amigos, los saludé con la mano y ellos devolvieron el saludo igual de emocionados, solo que esta vez, Ron me sonrió levemente, como si estuviera apenado.
Con qué decidiste decir la verdad, Georgie.
Me giré hacia enfrente donde ya estaba nuestro nuevo profesor.
Y así la clase inició.
[...]
El día fue tranquilo, ahora cenaba junto a Newt y mis amigos.
Sorprendentemente los Weasley también estaban, a excepción de los gemelos que estaban sentados junto a unas chicas de Hufflepuf.
No los culpo, los Hufflepuf son lo mejor.
Sonreí viendo a mi Hufflepuf, comía tranquilamente.
Me era inevitable pensar en lo que había pasado, ya no lo habíamos vuelto a hacer porque ambos estábamos muy ocupados, es lo malo de ser de diferentes casas. Muy pocas veces íbamos a la habitación del otro y si llegaba a pasar nos quedamos dormidos.