XXIX | Simplemente Pasan.

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Ver lo feliz que ha estado Santiago desde su nuevo empleo a mi también me causa mucha felicidad, la mayor parte del tiempo lo admiro por la manera en la cual él tiene un gran balance entre su trabajo y su vida.

Creo que yo también he aprendido algo de él sobre esto, porque si me preguntarán si alguna vez me veía formando parte —no de manera recurrente, pero sí— de una banda mi respuesta hubiera sido la obvia: No.

Pero, lo soy. Me siento así y los chicos me han acogido de una manera muy linda. El sentimiento de formar, ser parte de algo que te gusta, que te llena es sin duda algo muy bonito. Es algo muy especial y me alegra, me alegra ser parte de esto. Con ellos.

Esta noche nos tocó presentarnos en un restaurante. Un restaurante que aunque tenía vibra de los 80° era conocido por darle acogida a artistas o bandas.

Al llegar nuestro turno, solo ayudé como corista ya que mi garganta no estaba en buen estado para cantar una canción sola.

Cantamos Últimamente y Te Conocí en Japón de Humbe. Buscando artistas nuevos lo encontramos y sin duda conectamos con su música. Así que, en esta ocasión decidimos cantar dos de sus canciones.

Al culminar, las personas aplaudieron y nos movimos para cederle el puesto a un poeta y luego a una pareja que iba a cantar.

Mientras veíamos al poeta recitar versos hermosos nos sentamos cerca del escenario a deleitarnos con su arte. Fue sin duda hermoso escucharlo y conectar, al terminar la pareja subió al escenario y cantaron algunas canciones de Morat. Hasta que...

—Estrellita —miré por inercia a Santiago y estaba de pie con la mano extendida hacia mí. —¿Me concedes esta pieza?

Tomé su mano y me levanté, no había sido consciente que ellos estaban hablando en ese momento y no cantando.

—Ellos están hablando —les señalé— ¿Qué canción en sí bailaremos? —pregunté confundida.

—Solo escucha. —ordenó y eso hice.

—No entendemos por qué. Pero, un chico por Instagram nos pidió una canción. Pidió exclusivamente que fuera la última y nos dió una señal para saber qué está aquí. —dijo la chica sosteniendo su celular.

—Cantaremos la canción: Simplemente Pasan de Morat y Cami. Una canción sin duda hermosa y especial, porque sí. Cuando las cosas buenas tienen que pasar, Simplemente Pasan. —añadió el chico que tocaba la guitarra y luego al unísono comenzaron a cantar.

Santiago entrelazó su mano con la mía y me guió con delicadeza al escenario, no entendía qué estaba haciendo, hasta que me susurró: —Esta es.

Entrelazó su mano izquierda con la mía y con su mano derecha sostuvo mi cintura con delicadeza. Bailamos al compás de la canción con más de 50 personas viéndonos y aunque pensar en ello me daba vértigo, todo eso quedó a un lado cuando él me miraba.

Me miraba con una sonrisa increíblemente perfecta, con un especial brillo en los ojos y solo eso bastó para que solo disfrutara esto.

Para que solo disfrutara el bailar al son del compás de esta canción.

—¿Por qué me motivaste a bailar específicamente esta canción y en el escenario? —pregunté al acercarnos un poco más cuando ellos cantaban el coro de la canción.

—Porque así como dice la canción: Cuando las cosas buenas tienen que pasar, simplemente pasan. Estrellita, tú eres mi simplemente pasan. Eres esa luz que se tropezó un día frente a mí y, ahora es motivo de mis alegrías, ahora es motivo del amor que destila mi corazón. Tú, mi simplemente pasan. —respondió y en ese preciso momento. No sabría explicarlo pero lloré. No sabía porqué estaba llorando, pero lo hacía mientras bailábamos. Hasta que terminó la canción y el público se levantó a aplaudir.

Saludamos a los chicos que habían cantado y luego Santiago me guió hasta el camerino.

—Estrellita. Necesito preguntarlo. —se sentó y me motivó a hacerlo— ¿Por qué lloraste cuando dije esas palabras? ¿Dije algo que no debí decir? ¿No debí sacarte a..?

—Santiago. —lo detuve— No hiciste nada malo, simplemente lloré porque me di cuenta de algo.

—¿De qué?

—De lo increíblemente afortunada que soy al tenerte como novio. No me malinterpretes, desde que formalizamos por las noches siempre le agradezco a la vida y a Dios por ti. Por tenerte en mi vida y por ser tú en todo tu esplendor. Sé que ser agradecido y sentirte afortunado van de la mano, pero para mí son conceptos diferentes. —Ashely, ve al punto— Es solo qué hoy caí en cuenta de lo afortunada que soy por tenerte en mi vida y por eso lloré. —las lágrimas se hicieron presente— Lloré, porque para mí también eres mi Simplemente Pasan.

Entrelazamos nuestras manos y ambos sonreímos al mismo tiempo.

—Ay que suerte la mía que voy te volví a encontrar. En este lugar. —Santiago cantó también con lágrimas en los ojos.

—Porque cuando las cosas buenas tienen que pasar. —canté esa estrofa.

—Simplemente Pasan. —cantamos al unísono con voz armónica.

Nos abrazamos con lágrimas en los ojos, pero felices. Felices por tenernos, por amarnos, por ser el Simplemente Pasan del otro.

Y eso. Eso es más que suficiente.



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Por ahí podremos hablar y conectar un poco más.

Gracias por todo el apoyo <3

Nos leemos pronto.

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