WICKED GAME (ROSÉ)

Capítulo 13 - Por favor

—No puedo creerlo... —susurro incrédula, todo mi cuerpo desciende unos grados mientras un miedo helado se apodera firmemente de mi corazón —Eres tú...eras tú todo el tiempo.

Lisa me observa, con una mirada suave, y sus labios se curvan hacia arriba en una cálida sonrisa.

—Sí, Roseanne, era yo. —dice sin intentar siquiera disimular sus palabras.

—¿Por qué? —le pregunto mientras fuerzo mi cuerpo a mantenerse quieto y no intentar correr. 

La puerta está justo a mis espaldas, burlándose de mí porque no consigo escabullirme a pesar de apretarme contra ella.

—Eres lista. —comenta envolviendo un mechón de mi cabello en sus dedos —Creía que te darías cuenta antes. Pero me equivoqué.

Me quedo mirándole fijamente, con los ojos clavados en su alma, y ella lo toma como una señal para continuar.

—¿Recuerdas la fiesta de hace unas semanas? ¿La que organizó Alpha xi lamba? ¿Recuerdas el juego al que jugamos?

—Verdad o reto. —respondo con cautela, sin ver todavía a dónde quiere llegar.

—¿Te acuerdas de lo que hiciste? —su mirada se dirige de repente a mis labios —Tú me besaste.

Me vienen a la mente imágenes de aquella noche y trago saliva, sabiendo que no tiene sentido negarlo.

—Eso fue solo un juego, Lisa. Lo hice por un simple reto. —le digo con cuidado, temiendo que se enfade si elijo las palabras equivocadas.

—Tengo que admitir... —empieza ella, ignorando por completo mis palabras —Que al principio no me gustabas mucho. Me parecías bastante molesta e infantil...pero el beso lo cambió todo.

—Lisa... —murmuro, con la cabeza balanceándose de un lado a otro.

—No fue amor a primera vista... —niega con una sonrisa —Fue amor al primer beso jajaja.

Sigue ignorando mis intentos de hablar y, de repente, soy yo la que estalla y no ella.

—Solo fue un beso tonto que tuve que dar por culpa de un estúpido juego. No significó nada.

Nada más pronunciar las palabras, los ojos de Lisa se vuelven completamente negros y su puño conecta con la pared justo al lado de mi cabeza. Un grito de sorpresa escapa de mis labios y ya no puedo evitar que mi cuerpo se mueva por sí solo, e intento escabullirme de ella, pero su otra mano me agarra inmediatamente por la cintura y tira de mí hacia atrás.

El aire se me escapa de los pulmones al chocar fuertemente contra su cuerpo, y no es hasta ahora cuando empieza a notarse el pánico que siento en mi interior.

Grito contra su mano que me tapa la boca, y lucho y pataleo con los brazos y las piernas mientras las lágrimas caen por mis mejillas.

—Shhh... —me susurra al oído, el sonido de mis gritos ahogados queda empapado por el sonido de la música metal de fondo —Bebé, cálmate. —vuelve su voz suave e inocente, pero ni siquiera eso basta para detener el miedo y el pánico que casi me asfixian ahora mismo.

Sigo intentando zafarme de sus brazos durante lo que parecen minutos, pero ella es mucho más fuerte que yo. Hasta que por fin me doy cuenta de que no llegaré a ninguna parte y me rindo. Mi cuerpo se queda inerte.

Lisa comienza a suavizar su agarre, con mi espalda pegada a su pecho. A estas alturas, ni siquiera tengo fuerzas para intentar apartarme y, cuando me pregunta suavemente si prometo no gritar si retira la mano, apenas consigo asentir. Solo siento cómo sus labios me presionan la sien.