chakat ma ori

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" No, no lo soy, pero ella es mejor"

Lyanna aun recordaba la amargura que sintió al enterarse de las noticias de la muerte de Lexa, y como ni siquiera pudo ir a ver como la velaban mientras ella estaba dirigiendo una guerra

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Lyanna aun recordaba la amargura que sintió al enterarse de las noticias de la muerte de Lexa, y como ni siquiera pudo ir a ver como la velaban mientras ella estaba dirigiendo una guerra. Como no pudo despedirse de la joven quien la había ayudado, quien la coronó una noche, haciéndole la promesa que ya nunca tendría que arrodillarse frente a alguien. Por lo que en cuanto la vio inmediatamente corrió a abrazarla, Lexa hizo lo mismo, recibiendo el abrazo con gusto, justo cuando Lyanna pensaba que ya no iba a seguir llorando y llegaba su amiga. Quería decirle lo mucho que la extrañaba, lo mucho que Clarke la extrañaba, como Madi la idolatraba, como Rhaegar quería ser tan buen guerrero como ella.

Aun así abrazándola, lo único que salió de sus labios fue una suplica;

— Lo siento, te falle, no pude liderar a nuestra gente. No pude—  murmuró.

—  Esta bien. Has hecho todo lo que he esperado de ti— Lexa la calmó con una suave sonrisa antes de apartarse un poco y limpiarle con el pulgar los ultimos rastros de sus lagrimas—. Lo dije antes y lo diré ahora fuiste hecha para ser una líder. 

La joven reina sonrió levemente, viendo a Lexa antes de mirar otra vez a su alrededor, su habitación, la habitación de una reina. Aun recordaba el festín después del conclave por la victoria de Lexa ,y como al estar Lyanna embrazada, Neon le había traído aun mas del festín a la habitación, de lo frito hasta los postres. Lyanna a veces aun añoraba esa vida, Polis, Lexa, Neon, los natblidas, el trono de ramas...

— Extraño esto. Dioses, lo extraño tanto y sería todo tan fácil contigo a mi lado, reinar como mano derecha tuya y vice versa era... sencillo, nos entendíamos muy bien la una con la otra. —  vio otra vez a la joven frente a ella con su pintura de guerra negra—. Y se que no eres en realidad Lexa, sino la imagen que mi mente tiene de ella pero... te he extrañado mucho. 

La ultima comandante alzo una ceja y se sentó en el borde de la cama de Lyanna, tomando la espada de Nomondavra en sus manos, admirándola antes de alzar la mirada.

— Si, tal vez tienes razón, pero tu sabes que no estoy del todo muerta.— ella le apuntó.

—  ¿Por que me estas diciendo esto?— Lyanna frunció el ceño sentando a su lado.

— Por que no soy solo como me recuerdas, soy el añoro que me tienes, soy una parte de tu mente, parte de ti— la otra respondió—. Soy por lo que no destruiste la llama en cuanto la viste otra vez.

Lyanna se vio las manos, aun estaba un poco abrumada por el hecho que Lexa estaba a su lado, o por lo menos su recuerdo. Madi con su sangre negra y joven era un blanco fácil para los adoradores de la llama que seguían, que extrañaban a su comandante, y Lyanna se había prometido proteger a su hija de esa responsabilidad. Lexa seguía en la llama, al igual que el resto de los comandantes, su conciencia, su mente estaban ahí, su alma y Lyanna no podía mentir en cuanto a soñar con tenerla de vuelta. El solo problema era que no había un cuerpo en el que la comandante volviera, su cuerpo, era solo un estúpido sueño, sin embargo uno que no moría con la llama aun intacta.

KADIKH | The 100 #6Where stories live. Discover now