JiMin es un adolescente con sueños, como todos, pero siempre debe de aver alguien quien los destruya o no los deje cumplirlos. En el caso de JiMin no es tan diferente, solo que el practica tenis, algo que le gusta demasiado a JiMin. El padrastro de...
Un señor desesperado estaba en la sala de esperas de un hospital. Ansiaba que lo nombrarán, aun que espero bastante horas para eso.
Paso una enfermera que salía de la abitación donde se encontraba su esposa. Pasó de largo, sin decir nada al padre. De tanto esperar decidió sentarse, supuso que tardarían todavía unos cuantos minutos.
Poco después, (casi unos diez minutos) salió el doctor que atendía a su esposa, se acercó al señor con una sonrisa de oreja a oreja.
—Puede pasar, su hijo es un varón fuerte y sano. Su esposa lo hizo muy bien, está un poco débil pero es normal, les daré explicaciones después. Pase a ver a su hijo, adelante.—comentó el doctor, un poco viejo.
El señor feliz por todas esas noticias agradeció amablemente y no esperó más, tan rápido como se lo dijo el doctor se encontró en la abitacion de su esposa junto a su hijo.
La señora sonrió ante la llegada de su esposo, miró al bebé y espero a que su esposo estuviera a su lado. Así fue, el señor contento acarició la mejilla del bebé
—JiMin...—Miro al padre del niño—Ese será su nombre, Park JiMin—Dijo sonriendo.
Asintió el señor Park.
—JiMin....No dejaré que nadie te lastime, tu serás dueño de ti mismo mi amor—Le dijo el Señor Park a JiMin.
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