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Matt

Por fin es sábado, estoy en casa, son las 12 del día. Hace una hora que estoy con mamá poniéndome al día y charlando con T.K., no puedo esperar por ver a Tai, sale de su trabajo a ésta hora, pero me ha dicho que comerá con su familia y luego vendrá a verme, seguro estará por acá como a las 2 de la tarde.   

Tai

Voy camino a la casa de la madre de Matt, no sé si contarle a Matt lo ocurrido o no, de todas formas no aceptaré, no tiene sentido, me voy a ir a estudiar con Matt, no sé por qué le doy tantas vueltas. Ya no lo pensaré más, no es opción, no puedo abandonar a Matt, serían 5 años donde casi no lo vería, no lo podría soportar.   

Matt

Tocan la puerta, seguro debe ser Tai, después de no verlo por semanas, me siento algo nervioso. Me apresuro y abro; ahí está, sentí un ligero cosquilleo en el estómago, ver esos ojos color chocolate y una pequeña sonrisa, me saludó, le doy un apretón de manos y lo hago pasar, saluda a mi madre. Conversamos un rato los tres, después de un rato se despidió mi madre dejándonos solos.   

Unos minutos después entramos en la habitación, él se sienta en la cama.

— Te extrañé Matt.

—  Y yo a ti Tai.

Me siento a su lado y al tenerlo tan cerca, lo comienzo a besar, él no se ve extrañado por esto, así que continúo, primero nos besamos con ternura, pero luego se convierte en algo más desesperado, nos acostamos en la cama me pongo sobre él y continuo besándolo, sentir su boca húmeda, su lengua acariciando la mía, queriendo estar cada vez más adentro me comienza a exitar, me pongo sobre su pierna para que se de cuenta, pero veo que su cuerpo también está respondiendo de la misma manera, con sus manos levanta un poco mi camisa y con sus dedos acaricia mi espalda, hace que mi piel se ponga de gallina.

— Me gustas Tai. - Le susurro.

— Y tú a mí.

Nos besamos tumbados en la cama, tratamos de ser discretos, sin hacer mucho ruido, mi mamá está abajo y no queremos ser descubiertos, sé que no deberíamos hacer esto estando ella aquí, pero no lo podemos evitar, ella nunca entra cuando estoy con Tai, en ese ámbito es muy respetuosa.

Nos quedamos recostados uno frente al otro, quedándonos viendo mutuamente por algún tiempo, el acaricia mi rostro y yo juego con su pelo, amo su pelo. Luego de un rato le pregunto.   

— ¿Haz tenido respuesta de las universidades?

— No, aún no, creo que esta semana deberían comenzar a llegar.

Noto algo de nerviosismo en su voz.

— ¿Te preocupa algo Tai?

— No, claro que no, sólo siento un poco de ansiedad al pensar que existe la opción de no que quedar.

— Claro que quedarás, eres un chico inteligente. Tai, podríamos estar mucho tiempo así como ahora, me gustaría poderte ver a diario, de que estemos juntos. Podemos recorrer la ciudad, pues aún hay lugares que no hemos ido a visitar juntos, además quiero estar junto a ti mientras recorremos la universidad.   

Después de un rato, Tai tuvo que retirarse al rededor de las 9 de la noche, le dije que se quedara, pero me comentó que su madre le había pedido no regresar tan tarde, para ayudar con algunas cosas en casa.

A la hora de dormir no puedo conciliar el sueño, siento que Tai estaba un poco agobiado, no lo sé, quizás son solo ideas mías, quizás lo estoy abrumando con lo de la universidad.

No Soy lo que Mereces (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora