Eres una estudiante de universidad en su último semestre, dónde conoces a un nuevo maestro que viene del subsuelo llamado Sans, quién es un esqueleto que parece que sólo llega a alborotar tus sentidos.
Logras pasar más tiempo con él fuera de las cla...
Los días pasaron y aceptaste que tal vez tenías un crush en ese profesor, pero que extraño era, no? Es un monstruo y no sólo eso, es tu maestro... No sabías siquiera si algo entre un humano y un monstruo era posible, y aún si fuera humano... Es tu superior y no es del todo correcto tener algo con él, pero... Oye, ya te estás adelantando un poco, ni siquiera le has hablado más allá de las participaciones y las preguntas, y ya estás pensando en una relación? Es casi gracioso.
Tu corazón sin embargo, no quería razonar ni dejar de emocionarse al empezar su clase, no podías apartarle la mirada, gracias al cielo se supone que eso es lo que debes de hacer todo ese tiempo, así que, tienes la excusa perfecta para verlo hablar de lo que le apasiona por horas, no hay nada mejor. Siempre hacías su tarea antes que las demás, siempre puntual, siempre con la mejor presentación, querías ser la mejor para él, que te notara al menos por tu esfuerzo... Creo que esto te ha estado beneficiando más de lo que creías, no es así? Con un simple:
-wow... que lindo trabajo srta. ________, siga así, esforzándose mucho, peroné demasiado —Dijo el esqueleto haciendo un guiño amistoso—
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Tenías suficiente para fantasear por toda la semana.
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Eventualmente lo que sentías por él se volvió más fuerte, pasó de un pequeño crush a un algo que te quemaba por dentro y te hacía sentir extraña, cosas que hacía mucho no sentías.
Asi es, ahora no solamente te encantaba, sino que te calentaba demasiado, irónico que lo provoque alguien sin una piel a la cual tocar, ni labios que besar. Añorabas tenerlo contigo, que te tocara, explorar su misterioso cuerpo, quitarle esas prendas que lo cubrían todos los días, sentir su aroma, sentirlo cerca. Tu mirada cada día y cada clase que pasaba se hacía más intensa, tus mejillas se ponían rojas al verlo y pensar en él, pero sabías disimularlo... Verdad?
Entre tantas emociones, apenas te diste cuenta de algo, ya era la mitad del último semestre y no habías terminado tu servicio social, necesitabas hacer horas extras de emergencia, de lo contrario tu titulación se iba a retrasar. Entonces pensaste en un plan... Claro, que afortunada coincidencia, esto te puede beneficiar.
