Calor

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Asentiste y tomaste un profundo respiro antes de acercarte a su rostro y darle un beso sobre sus dientes. A lo que él correspondió jalándote más hacia él, estabas tan cerca que podías sentir su excitada erección contra tu cuerpo, a través de sus shorts. Eso te encendió extremadamente, no podías ni pensar. Podías sentir como frotaba su erección contra ti mientras respirabas pesadamente sobre su boca con excitación, él respondió con un ligero gemido grave y llevó su mano hacia tu trasero, agarrándolo y acercándote aún más para hacer más fricción entre los dos.

Bueno, si de verdad ibas a hacer esto, lo ibas a hacer bien, porque quién sabe si esto se va a repetir alguna vez.

Así que te soltaste de él y te pusiste de rodillas.
Escuchabas sus murmullos maldiciendo de excitación mientras tomabas el elástico de sus shorts con tus dedos.

-No tiene idea de cuánto he deseado hacer esto, profesor —dijiste con una voz juguetona— de cuántas veces he soñado sólo con venir aquí y chupársela

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-No tiene idea de cuánto he deseado hacer esto, profesor —dijiste con una voz juguetona— de cuántas veces he soñado sólo con venir aquí y chupársela.

-oooh... por... d-

Su mano se puso en tu cabello cuando jalaste sus shorts lo suficiente para liberar su pene.

Por mucho tiempo tenías la duda de como podría ser su miembro o si tenía uno realmente, habías hecho tantas teorías sobre de que estaba hecho o de como se vería. Y al fin confirmabas que su pene estaba hecho con su propia magia, tenía un color azul brillante semitransparente, y ver que tenía la forma de un falo humano normal, te hizo desearlo más.

Primero diste una pequeña lamida a la punta de su pene, probando el líquido preseminal que salía de él. Tenía un sabor ligeramente dulce, como a chicle o mora azul, cosa que te fue sorprendente, pero muy gratificante. Después le diste una lamida grande al cuerpo del pene, de abajo hacia arriba para lubricarlo un poco y lo tomaste con tu mano, empezaste a subirla y bajarla jalándosela, al mismo tiempo que lamías juguetonamente la cabeza de su verga, le dabas vueltas con la lengua, podías ver como su cuerpo se tensaba con cada movimiento, y como se le ponía cada vez más dura.

Luego subiste la mirada, y mientras lentamente metías su miembro en tu boca,  mirabas hacia las luces que Sans tenía como ojos, con una expresión que le daba a entender lo mucho que disfrutabas este momento, y moviendo la lengua alrededor de su pene, lo introduciste hasta donde te fuese posible llegar, aún sosteniéndolo con tus dedos, regresando y volviéndolo a meter una y otra vez en tu boca, moviendo la lengua constantemente. Sus ojos tomaron la forma de corazones, con su pesada respiración miró hacia arriba y maldiciendo en voz baja, cerró los ojos disfrutando tus movimientos mientras sostenía tu cabello fuertemente.

- ngh-... l-lo haces... tan... d-delicioso...

Seguiste así, llendo cada vez más rápido, podías seguir así hasta que se viniera, pero tú querías más de él... Así que después de unos momentos te detuviste y te levantaste.

Él te besó profundamente, y de su boca salió una lengua de color azul brillante, la cual jugó con la tuya, a veces las separaban hasta que hilos de saliva conectaban sus bocas, continuaron haciendo esto hasta que se quedaron sin aliento.

-huff... puff... si que sabes cómo hacer sentir bien a un monstruo, no sabes cuántas ganas tengo de probarte humana linda... siéntate sobre el escritorio y...

En ese momento, se escuchó como alguien abrió la puerta del laboratorio, mencionando el nombre del profesor, parecía estar fuera de la oficina y a los segundos tocaron la puerta, tu entraste en pánico y Sans no se veía más tranquilo que tu. Sin duda esta era la peor situación en la que alguien podría encontrarlos.

Sans te hizo señas de que no hicieras ruido y te ocultaras. Él subió sus shorts, cosa que no hizo mucho para disimular el obvio levantamiento y brillo que se marcaba por debajo de la tela, respiró un poco para disimular lo agitado y abrió un poco la puerta de la oficina, asomando solamente su cara por ahí.

-eh... si?

Reconociste la voz de una maestra.

-Profesor Sans, recuerde que tiene que cubrir la clase de la profesora que se enfermó la semana pasada, no lo vaya a olvidar

-ah... claro claro, no lo olvido heh... heh.... - suspiró Sans con pesadez, tratando de ignorar su palpitante erección que pedía continuar con lo interrumpido

-También aquí tiene los apuntes que me pidió conseguir sobre lo que los muchachos han visto con ella en clase, si me permite yo-

-d-déjelo sobre aquella mesa y más tarde lo veré, mi... oficina está hecha un desastre... debo eh...organizar un poco para... ver uh... dónde ponerlos... si.....

-Esta bien, lo veré más tarde para supervisar que no haya faltado.

-ok...

-Y joven Sans...

-mhm?

-Lávese la cara, está lleno de sudor.

Escuchaste la puerta cerrarse inmediatamente después. Saliste de debajo del escritorio y caminaste hacia él, a lo que Sans volteó a verte con una mirada de alivio.

-¿Tienes que irte?...

-nah, esa es la clase que empieza dentro de unas horas, esa maestra viene de vez en cuando a recordarme que la tengo, sólo porque lo olvidé una vez...

Con su mano, te tomó de la cintura y pegándose a ti te dió un intenso beso; sip, definitivamente podías sentir que aún estaba excitado.

-pero esa interrupción no significa que tu y yo hayamos terminado este asunto... aún tengo ganas de probarte, _______.

Profesor Sans, Enséñeme el universo. (Sans y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora