Capitulo I

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Las fuertes y rápidas  embestidas resonaban por todo el baño, los gemidos eran retenidos por el mayor que estaba en una constante lucha para no soltar gritos de placer ya que su amado Haaland se encontraba en la planta de abajo jugando videojuegos con los auriculares puestos.
¿Se sentía mal por meterle los cuernos? nah, pero si Erling se llegaba a entrar de aquellos encuentros con Enzo y que más encima lo deje, se sentiría pésimamente mal.
Enzo era solo un pasatiempo, pero lo que sentía por Erling era para siempre.

— Decime que no amas a ese pelotudo — Gruñó el menor mientras seguía con las estocadas rápidas y profundas agarrando fuertemente la cadera del castaño haciendo presión para llegar aún más profundo, mientras admiraba la espalda y la cintura del mayor mientras este lo miraba en el espejo del lavabo.
El azabache solo balbuceó para así sentir como el adversario lo jalaba del pelo quedando la espalda de este pegada a la del morocho, y el ya mencionado solo susurro en el oído de Julián "¿Ah?, no te escuché" remarcó Enzo para así tirar un poco más fuerte de su cabello.

— Mierda que cojes bien forro de mierda, así no me quedan ganas de amar a nadie más que a tu pija. — Murmuró entre jadeos para así recibir una sonrisa del adversario que vio por el dichoso espejo que lo acompañaba en casi todos sus encuentros a solas.
En 15 minutos más de susurros con puteadas por parte de los dos el mayor termino en un orgasmo, más una deliciosa sobreestimulación que le brindó el morocho para que este se corra en el condón.
5 minutos después Julián se encontraba en la planta de abajo con su querido noruego dándose pequeños piquitos hasta que escucho el timbre de la casa.

— ¡Enzurri! — Bramó falsamente para así fundirse en un abrazo como si no se hubieran visto en años.
— Enzo, pasa porfavor — dijo el rubio con una sonrisa en su cara para así hacerse a un lado dejando que el argentino pasara
— ¿Y que onda? ¿estamos para unos matecitos? — pregunto el morocho mirando a su Julián ignorando por completo la existencia del noruego. El argentino solo asintió y soltó una pequeña sonrisa.
— Sisi, voy a la cocina — dijo dejando solos a los otros, sabía que Enzo no le caía bien Erling debido a que siempre se lo recordaba cuando estaban solos, entonces disfrutaba escuchando como el noruego intentaba hacerse amigo del morocho pero este lo trataba muy seco e indiferente, debía admitir que le daba un poco de risa.

— Cuéntame, oí que te convocaron para el mundial, felicidades  — dijo acomodando su rubia cabellera mientras le regalaba una dulce sonrisa.
— Ah sí, y yo escuché que ni siquiera clasificaste y te quedaste afuera — Enzo le recordó en un tono burlon.
— Oh, si es verdad, fue una verdadera lastima pero igual estoy satisfecho con mi esfuerzo en  la selección — dijo para así dirigir su mirada al piso — Pero igual estoy muy feliz de que ustedes si hayan clasificado, la scaloneta es como mi segunda casa — dijo con alegría.
— Me imagino — Enzo dijo para así hacer una cara de pocos amigos, ante esto Erling decidío no hablar más con él por que pensaba que había tenido un día difícil.

Pronto llegó el castañito con los mates para después traerle a su querido Erling un café ya que al noruego no le gustaban del todo el sabor del mate, se sentó en la punta de la mesa dejando a los otros enfrentados.
— Si ví eso de que nos convocaron al mundial, re piola. — dijo el cordobés con una sonrisa armando el mate mientras escuchaba al porteño.
— Si, yo sigo sin poder creerlo posta que nunca creí que me llamarían al mundial — Bramó con alegría el morocho para así recibir el mate y dar el primer sorbo.
— Yo también, pero igual apenas me enteré llamé a Scaloni y le pregunté si por ahí podía ir Erling con nosotros, cómo si fuera uno más de la selección — dijo para así visualizar como el menor casi escupe todo el mate que tenía en la boca para después fingir muy falsamente una tos.
— ¿Qué hiciste qué? — tenía los ojos como platos y solo recibió una carcajada del noruego y del cordobés.

— ¿Entonces me puedo quedar a dormir? — volvió a preguntar el morocho con los ojos brillosos de la emoción, era la primera vez que se quedaba a dormir en la casa de su amada arañita.
— Y si boludo, total nos vamos los tres para el aeropuerto y listo — dijo Julián con confianza ya que sabía que el rubio si iba a dejar quedar que se quede a dormir, porqué casi nada lo molestaba o incomodaba. Es más el noruego se notaba un poquito más feliz al escuchar el acuerdo ya que erróneamente, creía que Enzo lo concideraba su amigo y que por una mínima razón también se quedaba por él.
— Ah dale, entonces en una semana vengo y arreglamos bien — dijo con una sonrisa de oreja a oreja, ya se imaginaba durmiendo por primera vez con el cordobés abrazados y dándose mimitos; pero oh gran decepción que se llevó al enterarse que iba a dormir en el cuarto de invitados al lado de la habitación que compartían la pareja y conociendo a Julián seguramente haría algo que le dé celos.

Dicho y echo, el día llegó pasaron todo el día jugando a la play, tomando mate, hablando, y claramente la dupla argentina cada que tenían momentos a solas se comían la boca, y hasta el mayor llegó hasta a hacerle un pete al porteño mientras su novio se encontraba de compras.

— Bueno, creo que ya es hora de dormir, vamos ya a la cama — dijo el castaño terminando de recojer los platos sucios de la mesa. Los otros asintieron y fueron directamente hacia sus habitaciones, no sin antes darse las buenas noches.
Eran las 1:30 am y en la habitación del al lado de la de Enzo no paraban de resonar gemidos del cordobés, el ruido de las pieles al chocar y los suaves y casi inaudibles gruñidos del Noruego. Enzo claramente estaba celoso pero no podía intervenir así que solo le quedaba bancarse los ruidos, los celos y su dura erección.


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pq tanto porno??? 🙄🙄🙄

ꜥ better than him⋅ ★ Enzo & Julian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora