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[Sonic]

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[Sonic]

Avancé detrás de Amy, siguiéndole el paso, ella llevaba el cuadro bajo el brazo, yo tenía mis cosas a la mano, me había tapado la muñeca con la camisa de Amy, cómo si la llevase solo colgada. Así que de modo les impedía a los del hotel ver si la traía puesta o no.

Presionó el botón del elevador.

—Estoy en el último piso. Zona VIP —me guiñó un ojo.

—¿No es muy alto? —tragué saliva.

—Solo tiene 25 pisos, no es mucho. No te asustes.

El elevador se abrió y subimos arriba solo nosotros dos. Amy miraba hacia los números subir, no estaba acostumbrado a los elevadores. Sentí que subió mucho.

—Llegamos —las puertas se abrieron— no mires hacia abajo, si es que tienes vértigo.

Amy avanzó por el pasillo y miré de reojo hacia abajo.

Santo Dios.

Sentí ese escalofrío recorrerme el cuerpo. Que miedo, en serio.

—Sigueme, Sonic.

Amy giró a la derecha por un largo pasillo. La verdad que estaba bastante gigante pero sentía el espacio reducido.

Amy abre la puerta con su brazalete, es la última habitación. Su número de puerta es 2525. Percibí el olor a perfume y el frío del clima electrónico de la habitación.

—Pasa, puedes dejar tus cosas aquí en lo que vamos a cenar, después puedes venir por ellas.

Su habitación era enorme, tenía una sola cama, tv más gigante que la de Silver, escritorio, un armario y baño grande que estaban al abrir la puerta.

—Sientate Sonic —me dijo haciéndome una seña que fuera—No seas tan tímido, puedes sentarte en mi cama.

Eso hize, era claro que sí, si me sentía inquieto.

—Está enorme tu cuarto.

—Sí, lo es. ¿Gustas una cerveza? Mira —Amy se agachó y abrió un cajón que estaba debajo de la tv— hay una neverita, tengo bebidas.

Era pequeño, tenía muchas latas ahí evidentemente.

—Aqui tienes —me tendió una.

—Gracias pero prefiero esperar a la cena.

—Ah, como gustes —la volvió a meter a la nevera y cerró el cajón—Bueno, iré a vestirme te traeré un chaleco, creo que no se necesita tanto.

Asentí y ella se marchó hacia el baño, la pared no me dejó ver el armario ni nada de lo que ella hacía.

Observé su habitación, si, era bastante amplia, en su pared tenía un mapa de madera, me levanté para observar.

Tenía con un pin rojo señalando Francia. Y en el lugar del mapa que nos encontrábamos, un pin con un signo de interrogación pegado también. En su escritorio no había basura o migas de comida. Tenía demasiado orden, bueno, igual las chicas lo tienen más presente.

𝐋𝐀 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora