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Al final de toda aquella travesía en su primer arresto, su primera persecución y, bueno, primera verdadera pelea, el Escuadrón identificó al criminal que pudieron tomar preso como Kim MinGyu

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Al final de toda aquella travesía en su primer arresto, su primera persecución y, bueno, primera verdadera pelea, el Escuadrón identificó al criminal que pudieron tomar preso como Kim MinGyu.

Podría decirse que eso fue lo único bueno que hubo, ya que en todas las ocasiones, el mismo se negó a hablar, a decir una sola palabra, y por si fuera poco, a comer; casi.

El hecho ocurrió un martes, y comenzando desde ese día, MinGyu se negaba a abrir la boca.

Miércoles fue interrogado por Han de la manera más suave que encontró, ya que según él así lograría sacar aunque sea un poco de información; pero todo lo que hizo Kim fue reírse en su cara por el intento.

Jueves fue el turno de RyuJin. MinGyu no hizo más que apartarle la cara; aún no podía creer que una chica le haya ganado una pelea y haya sido ella misma que le esposara, por ello ni la miró, ni respondió.

Ya el viernes, SeungMin entró a en la sala, pero como si su paciencia no era poca, duraba menos de dos horas. Se cansaba de que el tipo no abriese la boca para responder las preguntas que tenía.

Felix no quiso ni hacer el intento el sábado, por lo que Han volvió a tratarlo por él, llevándose con la misma suerte de los otros tres.

MinGyu volvió a la celda a esperar por su juicio, ya que después de todo, él era un criminal, formaba parte de una banda, entonces debía ser procedido por la ley en un tiempo.

Ahora el domingo de JiSung era bastante tranquilo, estar en pijama en su casa acompañado de su mascota, sin hacer más que descansar o en ocasiones visitar a su madre, bueno antes eran así.

El Capitán Bang básicamente los obligó a los del equipo a tener ese domingo para despejarse, pero lo normal era que pasarían toda la semana en la oficina.

Luego de almorzar, estaba ya preparándose para su siesta, con la cabeza puesta en la almohada, la cobija ya en la cintura, en la posición perfecta... Hasta que su teléfono sonó.

—¡Hoy es domingo, por amor a Dios! —maldijo tomando el aparato, pero aquel nombre en la pantalla le quitó el sueño, las malas ganas y lo puso en sus cinco sentidos. —A la mierda.

Acomodó su garganta, volviendo a poner la cabeza en su almohada, listo para atender.

Hannie —escuchó aquella voz.

—Hey, Min —trató de poner su mejor tono. —Estabas un poco desaparecido, ¿No crees?

Sí, lo siento por eso —sonrió. —Prometo no hacerte extrañarme otra vez.

—Ajá —rió, no podía mentir, sí le gustaba ese lado egocéntrico del mayor, pero él también sabía jugar así. —Tú eres el que llama, significa que yo te hacía falta.

Muy bien, me atrapaste —lo escuchó reír suave. —Quizá sí te extrañé, quizá.

—Es raro que lo hagas aunque hablemes todos los días por mensaje —movía sus pies, disfrutando de aquello.

don't blame me ✧ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora