Primer amor (Percy Jackson y Dafne Wright)

𝙎𝙚𝙞𝙨

Campamento y Atenea.

Narra Percy.

Volví una semana después al campamento, fue duro alejarme de Dafne otra vez, no me quería separar de ella. Sobre todo después de que dormimos juntos en el hospital, acurrucados entre esas mantas azules. Luego cuando salió del hospital a la mañana siguiente, se quedó en mi casa en mi cuarto, su departamento aun estaba lleno de polvo, así que no era bueno que se quedara en ese lugar hasta que estuviera listo, mi madre le ofreció nuestra casa, yo quede encantado con la situación, Harry la cuidaba, mi madre la cuidaba, Paul la cuidaba y lo mas importante, yo la cuidaba como no pude hacerlo en mucho tiempo, dormía a su lado, comíamos juntos, la abrazaba, la besaba en la cabeza su mejilla o manos, nunca en sus labios nunca me lo permitía hacerlo.

Apenas entre al campamento los brazos de Annabeth me recibieron, se colgó de mi y me beso, yo no le respondí el beso antes la separé lejos de mi, no quería besarla nunca mas; quería que solucionáramos las cosas. Si podíamos quedar como amigos bien, y si no también. Solo deseaba terminar mi intento de relación, para luego volver con Dafne y pedirle algunas citas antes de decirle que fuera mi novia de nuevo.

—¿Que sucede sesos de algas?—Me pregunta apenas la separó.

Vi como por detrás llegaban nuestros amigos, bueno casi todos no veía a Nico por ninguna parte, quizás esté en el inframundo.

—Luego hablamos Annie.

Salude a los chicos uno por uno, de manera amena fueron Piper, Hazel y Leo los Que me preguntaron por Dafne, ¿Por que Leo se interesa tanto en mi Dafne?

—¿Dafne se encuentra bien?—Me pregunta piper.

—Lo está.—Empecé contando mientras caminábamos al comedor.—Se quedó un día y medio en urgencias, yo me quede con ella y luego se quedó una semana en mi casa mientras Harry quitaba el polvo de su casa.

—¿Donde durmió?—Preguntó Jason

—En mi cuarto.

—¿Dormiste con ella?—Cuestiono una Annabeth muy enojada al parecer.

Decidí ignorar la preguntar, no quiero saber el escándalo que hará porque compartimos cama algo que hemos echo demasiadas veces, llegamos al comedor estábamos en la entrada, cada uno iba a tomar su camino a su mesa, cuando sonó un trueno en el medio del comedor y apareció la diosa atenea, sus cabellos oscuros resaltaban a través de su casco, sus ojos grises que demostraban que pensaban en tantas cosas a las ves. Todos nos arrodillamos ante ella.

—Levántense semidioses.—ordenó y todos lo hicimos, ella comenzó a caminar con paso firme hasta que estuvo frente a nosotros, primero analizó a Annabeth y luego su vista se posó en mi.—Perseus Jackson.—dijo con su voz firme.

—Atenea.—dije y me incliné levemente.

—Te tengo una misión hijo de Poseidón.—trague saliva.—Tu amiga.—dijo con ironía.—Dafne Wright, necesito que la traigas al campamento.

Yo quede confundido ante sus palabras.

—Disculpe señora, ¿Dafne que tiene que hacer aquí? ¿Ella no es mestiza?

—Te equivocas héroe, Dafne Wright es mi hija.—Abrí los ojos como platos, Dafne hija de atenea. Tiene mucho sentido, su padre es extremadamente inteligente y es un profesor muy importante, tiene razón de que Atenea se fijara en el. Con razón nunca conocí a su madre.—Cuando los atacaron en el parque, iban por ella los monstruos, trae con vida a la débil de mi hija.—dijo con ira en su voz.

Yo la vi con odio, Dafne no es débil y sobre todo, no debería hablarle así.

—Dafne no es débil.—le dije intentando no levantar la voz.

—Como no va a ser débil cuando corriendo sus pulmones no funcionan, se supone que es mitad Diosa, no debería pasar eso.

—ELLA ESTÁ ENFERMA.—Alce la voz gritando, luego respiré cuando vi sus ojos.—Puede que este enferma, pero siempre fue la más inteligente de nuestra clase. Su padre le enseñó cómo usar aparatos electrónicos, ella se aprendió de memoria todas las combinaciones necesarias para usar un teclado de un computador, sabe el mismo teclado de su celular y su iPad, aún teniendo déficits de atención lo hizo, tiene una fascinación por la historia del arte impresionante. Que tenga asma severa no implica que no sea fuerte.—tome aire y le dije.— Iré por ella y la traeré, yo le ayudaré de ser necesario a enseñarle sin que se esfuerce, pero no permitiré que la trate mal.

Con eso salí rumbo a mi caballa a empacar mis cosas, al parecer volveré más rápido a casa de lo pensado.
Debo hablar con Annabeth, pero ahora lo importante es mantenerla con vida, debo ir por ella y cuidarla antes de que otro monstruo la ataque.