One-Shot: El amor adolescente.

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Jiang WanYin tenía un gran y enorme problema... Al menos eso pensaba mientras se encontraba teniendo una gran ira en su interior, observando cómo a lo lejos, y por la ventana de la derecha, su amor platónico se tomaba de las manos con otra persona.

Y esa persona no podía ser nada más ni nada menos que el segundo heredero de la secta Jin:

Jin GuangYao.

Se mordió ligeramente la lengua y se giró casi de forma brusca, tratando de prestar atención a las palabras que decía el viejo QiRen, toqueteando un poco sus ojos ante el sueño que tenía en ese instante.

Y no fué por los estudios.

O por el pensamiento de que le daría una indigestión con aquella sopa verdosa que servían TODOS LOS DÍAS.

O por el hecho de que Wei WuXian parecía estar más fastidioso de lo normal últimamente.

Sino porque su gran y traicionera mente de adolescente de quince años atormentado con potentes hormonas... Se encontraba haciéndole la vida imposible, atormentándolo todas las noches con sueños que jamás pensó que tendría.

¿Cómo sucedió ésto?

Fácil.

Sólo tenía un nombre: Lan XiChen.

El apuesto e increíblemente amable heredero de Gusu Lan, con quién sintió un, tal cómo dirían la mayoría de adolescentes que sólo piensan en enamorarse, "Click" al verlo la primera vez en la que dió un paso en los "Recesos de las nubes".

No era que Jiang WanYin fuera muy fácil... Pero por Dios ¡Lan XiChen era un partidazo!

Amable, respetuoso, con un cuerpo del demonio, tan sólo imaginándose cómo era ya que jamás lo había visto, sonrisa hermosa, con un andar elegante, ojos dorados tocando la tonalidad del castaño, cabello largo y negro, pestañas largas, labios dulces, dientes perfectos, alto, risueño y, sobre todo, en las pocas veces en las que habían intercambiado palabras, en ningún momento Lan XiChen se irritó o le habló mal por su carácter, es más, siempre le sonreía de una forma que hacia su estómago flotar.

"Qué ridículo".

Pensó para sí, suspirando ligeramente, tratando de recuperar la postura y no verse cómo un maleducado.

En las últimas dos horas de clase su mente luchó en concentrarse, tratando de aguardar algo de información en su cerebro y dejando de lado la sensación de incomodidad en el fondo de su estómago.

Tampoco es cómo sí estuviera celoso o algo por el estilo.

-¿Qué haremos ahora?- Preguntó su hermano Wei WuXian, estirándose-. ¡Me duele la espalda de tanto sentarme recto!- Exclamó quejándose-.

Tiempo después pasó por su lado el menor de los hermanos jade, Lan WangJi, quién caminaba sin prestar atención a su entorno, ahora frente a ellos.

-¡Lan Zhan!- Habló Wei WuXian-. Ya vuelvo, Cheng Cheng- Exclamó guiñándole un ojo para poder correr hacia el Lan y alcanzarlo-.

-¡WuXi-!

Ni siquiera le dió tiempo de contestar cuando su hermano ya había cruzado la esquina, perdiéndose de su vista.

"Maldita sea, siempre es así".

Pensó, rodando los ojos para empezar a dirigirse a su cuarto, caminando lentamente y removiendo las túnicas blancas con bordados de nubes, sosteniendo un par de libros en sus manos, los cuáles los había dado Lan QiRen para que los leyeran para la segunda clase que tendrían acerca del clan "Lan".

Sí te toca la pierna, habrá manoseo (XiCheng).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora