Prólogo

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Me encontraba en la cafetería, diferentes miradas con diferentes emociones e intenciones se dirigían a nuestra mesa, y, por ende, a nosotras sentadas en las sillas alrededor de ella, intentaba concentrarme en mi comida, no muy deliciosa pero era mejor que escuchar las cosas que Heather tenía que decir, movía suavemente mi pierna por debajo de la mesa para calmar un poco mis nervios, los cuales eran producidos por cierta mirada antes localizada, que provenía de un chico sentado al fondo de la cafetería.

Mis acompañantes no lo notaban pero yo sí, había estado mirando a nuestra mesa cual acosador durante las últimas dos semanas, pero aunque su conducta fuera cuestionable no me encontraba molesta, incluso en algún momento me cupo la posibilidad de que pudiera estarme mirando y para ser sincera aún la tengo, es una esperanza tonta pero ni siquiera se que la provoca y el por qué quiero que se haga realidad.

-Verónica

El oír la voz de Heather me sobresaltó ligeramente, dejé de prestarle tanta atención a mi comida para enfocarme en ella, la miré y asentí para que continuara, a lo que ella dijo:

-Sawyer, ¿recuerdas que día es mañana?

-Fuera de que es sábado tres de diciembre, no- mi comentario pareció no gustarle mucho, pues logré percibir esa mirada suya incluso cuando volteó la cabeza y una parte de su rostro fue ocultada por sus rizos rubios.

-No- ahí estaba, la típica dureza en su voz cuando algo le molesta- Iremos a la fiesta de la universidad Remington.- forzó una pequeña sonrisa

Honestamente mañana deseaba enfermarme de peste con tal de no ir. Agaché la cabeza y seguí comiendo, esperando alguna réplica de parte de ella que nunca llegó.

Las cuatro continuamos comiendo en relativo silencio cuando decidí levantarme un momento con la excusa de que iba al baño, Heather se molestó, como era de esperarse pero por un golpe de buena suerte aflojó el nudo y me dejó ir. Pasaba por la cafetería sin reparar en las miradas o susurros a mi alrededor, mis pasos sonaban ligeramente en aquel estruendoso lugar lleno de adolescentes charlando, cuando llegué a la salida fui detenida por algo en mi camino, choqué con él y me tambaleé un poco antes de verificar quien era.

Ese chico...

Me miró mientras yo seguía sin articular palabra, luego miró sobre mi hombro, por instinto miré hacia atrás y vi los difíciles de ignorar ojos asesinos de Heather y las miradas incómodas de las otras dos, sin darme cuenta él me preguntó:

-¿Eres una Heather?- sonrió de lado

-Ah... No, soy una Verónica

Después de contestarle no quise continuar hablando, sólo caminé lo más rápido que pude a los baños.

436 palabras

Hola gente, aquí con una nueva historia, nomás se me vino la idea y pues la quise escribir jsjsj, espero les guste este pequeño pedacito, como ya dije tengo muchos pendientes y creo que sólo actualizaré cada 4 días más o menos, espero les guste.

Voten y comenten plis

;)

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora