Cómo tal, esto es una idea que tenía pensado para hacerlo en por lo menos 10 capitulos ligeramente inspirado en el primer fic de ellos que leí. En ese época donde tuve una severa crisis con esta cosa y me entró la idea que con este libro no era suficiente y tenía que hacer más fic largos.
En eso adelante 1 capítulo pero perdí mi PC y con eso ese capítulo que ya tenía. Así que... Bueno. Mi ví cuenta que podía hacerlo en un solo capítulo. Aunque tenía mis dudas, luego de releerlo un par de veces no me desagrado. A ver qué tal.
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Parándose en seco en medio de su camino Hasgard no supo si continuar. Estaban en su mes de nacimiento, por lo tanto la constelación de Tauro y su estrella guardiana estaban en el cielo. Lo que significaba, que una ventana a su estrella destinada podría leerse en las estrellas. O bueno, eso les decía Sage.
Desde temprana edad Hasgard tuvo bastante pegada la idea de cuidar de un Omega como su pareja el resto de su vida. De haberse quedado en su familia al no tomar la decisión de venir al santuario muy seguramente ya estaría casado. Esto no significaba que se arrepentiría, más bien, sentía nervios. Con el tiempo su cuerpo y fuerza se hicieron muy notorios, tendría miedo de lastimar a su compañero ya que aprendió de mala forma como sus propios instintos no eran fáciles de controlar.
Tenía miedo del resultado. Por un momento se quedó sentado entre el espacio que había entre las escaleras de Acuario y Piscis. En este momento ya muchos de sus compañeros habían encontrado de una u otra forma su estrella destinada. El santuario de Athena era básicamente una utopía del tamaño de una cuidad pequeña dónde cada individuo dentro no tendría que preocuparse por los Prejuicios de las castas en la sociedad exterior. Así Athena lo quiso, y así trataban de seguir cada persona involucrada con ella fuera de este.
Cómo Santo de oro era cercana a ella. Esto fue algo que Sage le propuso, ayudarlo a conseguir su pareja siendo injusto que el mismo buscará quedarse solo por miedo.
Hablando de eso el patriarca termino apareciendo junto a él, poniendo su mano sobre su hombro para apoyarlo. Bandole tiempo suficiente antes de llevarlo consigo dónde se revelo su destino.
- Que suerte, tu estrella destinada está justo en él santuario. En su defecto muy cerca de él. - Casi quiso reír por la cruel ironía. Tan cerca que lo tenía y a la par tan lejos. Con eso dicho ya no podría escapar de la idea más tiempo, el propio Sage se lo había dicho. Ya era hora de tragarse sus miedos para aceptar el camino que tendría que tomar.
A la mañana siguiente y con la armadura ya puesta Hasgard tomo las rondas de patrullaje entre las diferentes secciones del Santuario, notandose divagando por su rostro extrañamente apático. Cada persona en el Santuario lo conocía, el también estaba consciente de las personas que podrían estar o no en el Santuario, lo que terminaría dificultando más encontrarlo.
