• "ʀᴇᴅ ᴍᴏᴏɴ"- ᴘᴀʀᴛ 2 •

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[ ⚠️ Advertencia: Ésta parte contiene una escena ligeramente explícita (🔞). Por favor, si no te gusta este tipo de contenido, abstente de leerlo. ]

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Corrió rápidamente por el bosque. Debía llegar cuánto antes o no podría salvarlos.

La luna roja tenía un efecto bastante intenso sobre él, tal como la señorita Hwang Yeji mencionó, era difícil de controlar y un descontrol parecía querer hacerle flaquear para así ceder a aquellos primitivos deseos.

Sin embargo, San se mantuvo firme. Tenía un claro objetivo y no lo estropearía por un pequeño desliz como ese.

Tenía una misión, y esa era salvar a los humanos que los Kings of darkness secuestraron con fines crueles y despiadados.

Entonces en su visión apareció un enorme almacén en el centro del bosque, pero el miedo y la preocupación nació en San cuando vió como las llamas consumían sin pudor el sitio y veía a vampiros correr de un lado a otro.

Sin pensarlo se aproximó con rapidez a dicho lugar y se escondió trás el almacén y su corazón se paralizó ante el panorama. Había sangre por doquier, y al percibir las distintas procedencias de ésta, supo que no solo había sangre de Vampiros y humanos, sino que también de licántropos.

Y al poder identificar los cuerpos inertes de lobos y humanos, San comprendió que había ocurrido una catástrofe. Solo podía ver destrucción y muerte en todo el sitio.

Las llamas a su vez otorgaban una dolorosa intensidad a aquel caótico escenario.

—No, no puede ser cierto.– murmuró sintiéndose culpable por haber llegado tarde y no haber podido salvarlos.

Un nudo se formó en su pecho y sus ojos se cristalizaron inmediatamente. Les había fallado; no podría perdonárselo jamás.

Era un bastardo inservible. Quería salvar a todos y ser de ayuda para quiénes lo necesitaran, pero, ¿realmente podría él hacer algo como eso?

Hasta entonces solo había hecho las cosas mal y no había puesto el esfuerzo necesario. Al menos para él, no había sido suficiente.

Mordió sus labios con fuerza queriendo apaciguar las ganas de llorar. San se sentía tan frustrado, tan triste, pero sobre todo culpable.

—S-si tan solo hubiese llegado antes...–

De pronto sintió una mirada sobre él y al ver que un vampiro le miraba fijamente y con una expresión enfadada, sintió miedo, pues había sido visto.

—¡Hey, tú! ¡¿qué haces ahí?! ¡¿a qué clan perteneces?!– gritó pero San no se iba a quedar para responderle.

Por lo que velozmente giró sobre sus pies y partió de ahí. Podía escuchar claramente los gritos de aquel hombre a sus espaldas pero no se detuvo.

Y sintió como le seguían, sin embargo, trepó hábilmente los árboles y saltó de uno en uno. Así su olor sería difícil de notar debido a la altura.

Y una vez que los perdió, salió del bosque y corrió por la carretera desierta, sabiendo específicamente donde había aparcado su auto. Y cuando lo vió a lo lejos, sonrió aliviado.

Se subió a éste y rápidamente lo encendió, partiendo sin más de ahí.

No sabía qué debía hacer ahora, pero de lo único que estaba seguro era de que no descansaría hasta atrapar a esa mafia y hacerles pagar cada uno de sus actos crueles.

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Habían llegado al lugar que el pelirrojo había mencionado. Estaba en medio del bosque, bastante apartado de la cuidad y del sitio donde había ocurrido el desastre.

☽⋆--𓆩ˈˈ𝐎𝐔𝐑 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃ˈˈ𓆪 ━ ‹ 𝐋𝐈𝐗B̸𝐈𝗡 ›--⋆☾ (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora