Crujido del alma -1-

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_ ¡Ya es hora de que te levantes y enfrentes al mundo!- me ordenó Harper.

_Ya te dije que no quiero.- renegué en vano contra mi mejor amiga. Llevaba días acostada tapada hasta la cabeza con intensiones de no salir hasta que por milagros de la vida él apareciera y me dijera que todo había sido una broma de mal gusto.

_ ¡Vamos Naiara!- dijo mi nombre completo mientras sentía mi colchón hundirse a mi lado.

_ ¡Qué no Harper! Él va a venir lo sé.- me puse testaruda ante su insistencia.

_ A ver querida.- empezó con sorna.- Primero él no va a volver ¿Lo entendes o tengo que tatuártelo en la frente?- Auch eso había dolido, lo suficiente como para hacer que me arrope más entre las sabanas.- Segundo estamos en vacaciones de verano no podes vivir debajo de tus sabanas los siguientes dos meses y tres semanas que quedan.- siguió su monólogo y apostaría a que los contaba con sus dedos.- y tercero ¿hace cuanto no te bañas? ¡Apestas!- me regañó desprendiéndome de mis sabanas de unicornios verdes.

_ Harp, en serio no estoy de humor para esto.- me erguí en mi cama para mirarla.

_ Te juro que te tuve paciencia.- dijo tirando mi brazo.- pero hace una semana que estas encerrada entre cuatro paredes llorando como una marrana.- comenzó a quitarme la pijama.

_ ¿Qué haces?

_Si no te quieres bañar te bañare yo.- rodeé los ojos y me metí en la ducha. Sabía que Harper podía ser capaz de eso y mucho más.

Mi adorable novio, ex-novio, decidió que no éramos el uno para el otro el ultimo día de clases, arruinando por completo mi pequeño corazón, ¿Cómo pretendía Harper que me olvidara de él después de un año y tres meses de noviazgo? Aun así no podía enojarme con la rubia que solo intentaba ayudarme en mi momento de estar en la lona.

_ ¿Qué es esto?- me extrañé al ver ropa fuera de mi placar y distribuida por toda la habitación.

_ No vas a pretender volver a meterte en eso.- señaló mi pijama con una mueca de asco.

Terminé aceptando la vestimenta que Harp había elegido para mí que constaban de unos shorts de jeans con una blusa sin mangas color caramelo con una inscripción simple en ella, pero no accedí a desprenderme de mis pantuflas de conejito, era muy pronto para ello.

_ ¿Entonces?- le pregunté mientras tomaba un papel y una biromes de mi escritorio. Y al ver su rostro fruncido en un esfuerzo de concentración supe inmediatamente que tendría que salir corriendo por mi vida.

_ Vamos a hacer un proyecto.- comenzó a escribir en el papel.

_ ¿Un proyecto?- me acerqué para ver su fina caligrafía en el papel y mis ojos se agrandaron el doble de su tamaño.- No hablas en serio.- me crucé de brazos.

_ Claro que si, antes que el verano termine superarás a Pablo.- al escuchar su nombre mi estomago se contrajo.

_ ¿Y qué si no quiero superarlo?- me enojé- tal vez todavía podamos volver.- ya habíamos tenido peleas así pero nunca había pasado tanto tiempo hasta que nos reconciliáramos y mucho menos evitaba mis mensajes y llamadas.

_ Yo hago la lista, si por razones de la vida te lo planteas te ayudo a cumplirla.- dijo casi rendida mientras me daba una mirada de lastima. Terminó de divagar en la hoja y la metió en uno de los últimos cajones del escritorio.- Pero tenemos que ir a la fiesta de Jonathan.- me apunto y le di un asentimiento de cabeza. Seguro Pablo estaría ahí y podría verlo, tal vez podría aprovechar para arreglar y salvar nuestra relación.

Terminé de colocar mascara de pestañas y labial rojo, Pablo me tenía que ver bien para que me diera chancees de acercarme a él.

_ Chau.- me despedí de mis padres mientras subía al auto de Harper, se veían felices de que su hija saliera de su cuarto, tan felices como para olvidar las recomendaciones de padres estrictos o para quejarse de que mi vestido rojo dejaba ver mucha piel con el escote pronunciado y su largo faltante.

Superando a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora