Resumen: "También odio los chícharos. Son duros, terrosos... Con el tiempo, fue menos difícil. Cada vez menos. Los chícharos siguen sabiendo horrible, y masticarlos son un dolor de muelas, pero... Pero por ti no me importa." Donde Hiccup y Astrid son obligados a casarse, donde a Astrid no le gustan los chícharos y Hiccup busca una forma de hacer que su esposa se enamore de él.
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La puerta de la cabaña se abrió con un estruendo, una mujer con el rostro lleno de hollín salió del sitio, muy enfadada, a su espalda: humo, mucho humo, así como un olor a carne quemada insoportable. La mujer se le acercó la reina de Bog Blurgar, apuntándolo con un dedo.
— ¡Tu hija no sirve más que para cortar sucia leña!— espetó la mujer, llevaba, del brazo a una niña pequeña, rubia de dos trenzas. — ¡Quemó TODA mi cocina! ¡No puede ni siquiera preparar un simple huevo! ¡No sabe coser, no tiene ni idea de cómo bordar...! ¡Lo único que sabe es usar esa maldita hacha!— estaba roja de coraje, tanto que no le importaba decirle a la reina, que su hija era un completo desastre en cuestión de...— ¡Vas a tener que aceptarlo, Bertha! ¡Tu hija no conseguiría esposo ni aunque ella fuese la única mujer en todo el archipiélago!
Los ojos de la reina se posaron en su única hija: Astrid. Ella le regresó una mirada triunfante, lo que la hizo suspirar con cierta decepción. Sí, ya se temía algo como esto.
Y es que, justamente a los ocho años, Astrid decidió que no se casaría con nadie; para eso, uno necesita determinación, necesita ser, además, malo en todas las tareas que se supone debe realizar una buena esposa: cocinar, tejer, coser ropa, lavarla, bordar escudos, ser dulce... Bueno, Astrid no sabe hacer ninguna de esas cosas.
En parte no es su culpa, nunca ha sido buena en la cocina, el hilo siempre se enreda y encuentra sumamente aburrido bordar. Siempre con una actitud hostil, saluda a los invitados de las fiestas, no sabe cómo comer en la mesa y tampoco es que importe mucho, no es como que Aren (su hermano mayor y heredero al trono) lo haga, tampoco es como que su tío Finn (al cual ve como a un padre) le importe. Y vamos, su madre jamás ha sido...
Digamos que a su madre no le agradó la idea de tener una hija. Suena extraño, pero lo es. Astrid lo nota con sus hermanos, Aren y Gisli, siendo Gisli más pequeño que ella, en como son tratados con más cariño y cuidado que con ella, alimentando mucho su mal humor y su desapego a la familia. Bueno, solo a su madre.
Desde que nació, Astrid fue un cabo suelto, un "cielos, ¿Qué vamos a hacer con ella?". El primogénito fue un hombre, el segundo en llegar tendría que ser el segundo al mando, probablemente un general de la armada. Sin embargo, Astrid resultó ser mujer. Vaya inconveniente.
Una mujer podría liderar sin problemas, pero ser general... Era demasiado arriesgado, ¿No? Todos los miembros del consejo lo pensaban. Astrid no, Astrid pensaba que no había nadie más capaz que ella para ser la General de Bog Blurgar, por lo que, contra de todos, empezó a entrenar con su tío faltando a sus clases de bordado y tejido, pasando más tiempo en el campo entrenando con hachas en vez de pasársela en la cocina todo el día.
Su tío Finn es el actual general, y al parecer, quitando a sus hermanos, la única persona en la familia que adoraba la presencia de Astrid. Le enseñó a pelear sin siquiera hacerle una mueca, claro, la trataba como la luz de sus ojos, pero eso no significaba que no le indicara cuando Astrid fallaba y, desgraciadamente, tampoco le aseguraba un lugar en la armada. Astrid tendría que dar lo mejor de sí para poder entrar.
Bertha no solía temerle a muchas cosas, excepto que Astrid fuese a tomar el control de la armada algún día, afrontar que jamás iba a recibir nietos por parte de ella y, no solo eso, tendría que lidiar con ella toda la vida.

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Bocadillos.
FanfictionEsta es una compilación de los one shots que he publicado en otras plataformas. Todos son one shots, por lo que no tienen continuación, y todos son hiccstrid hasta la médula.