PERDONAME

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Disclaimer: Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama.

Advertencia: Relación Chico x Chico (Yaoi), Lenguaje Vulgar, Universo Alterno (AU), M-preg y Lemmon.

¿Por qué la gente cambia? pensó que entendería, pero termino sufriendo mucho...el amor de su vida era Farlan y al parecer no se razonaba con esa persona...

En todo su cuerpo tenía golpes, cicatrices y todo solo porque por una vez trato de ser honesto...toda su vida ha sido muy reservado, pero cuando trato de cambiar...

- No lo voy a permitir, eso jamás, estamos comprometidos y no dejare que vuelvas ver a ese tipo – dijo mientras lo tomaba fuerte de las manos

- Y que vas a hacer para detenerme, te dije desde un inicio que yo lo amo a él, no puedes obligarme a estar contigo –

- Aah, eso crees, solo obsérvame – dijo levantando su brazo

Un fuerte puñetazo fue impactando en la cien del joven azabache, dejándolo inconsciente al instante.

Toda su fortuna seria solo para él.

- ¡No me hagas nada por favor! - gritó el joven, vendado por los ojos y atado de manos y pies.

- ¡Demonios como gritas! ¡Dije que no hables! - exclamó un joven de cabello rubio - Tu voz me tiene mareado-

Un muchacho rubio con una alta coleta, se levantó dirigiéndose con dificultad hacia el chico asustado. Tomó un pañuelo negro, para así rodear con él su cabeza y evitar que el continuara hablando. - falta poco para llegar -

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Una casa retirada de la ciudad, casi en abandono fue el destino del carruaje negro. Al estacionarse en la entrada, bajo, para después rodear la camioneta y abrir las puertas traseras.

-Ven aquí- dijo el rubio dejando caer la colilla de cigarro, tomó las muñecas del joven y bruscamente lo empujó hacia él. - ¡Ayúdame! – el joven cargó al muchacho en sus hombros con demasiada dificultad y caminó hacia la puerta principal de la casa.

-Al fin llegaron- un joven de cabello gris se levantó de un sillón en medio de la sala de estar.

-Keny, eres un idiota ¿acaso crees que es fácil secuestrar al duque de su propio palacio? – preguntó sarcásticamente el rubio.

-Creo que ese trabajo lo hubiera hecho mejor yo- respondió Keny con una leve sonrisa en su rostro -No sé qué demonios esperas, llévenlo al sótano y avísenle al jefe-

El rubio acomodó bruscamente al chico en su hombro, y caminó hacia unas escaleras que daban a la planta de abajo. Keny al esperar que se retirara el joven, se acercó a uno de los sillones, sacando un cigarrillo y poniéndolo en sus labios para después encenderlo.

- ¿No piensas avisarle al jefe? - preguntó Keny cruzando los brazos.

-Estoy cansado, manejé diez horas para llegar hasta acá, mueve ese trasero y avísale tú- respondió mientras disfrutaba su cigarro.

Keny soltó un gran suspiro y dio la vuelta en dirección a las escaleras que daban a la planta de arriba.

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-Tú te quedaras aquí- dijo porco en susurro, dejando al joven azabache en el suelo del sótano.

El temblaba de terror, su camisa ya estaba demasiado mojada por el sudor, y los mechones del cabello se pegaban en la frente. Ya no tenía fuerza alguna para gritar, y ni, aunque pudiera no lo haría debido a que estaba a punto del colapso.

PRINCIPE ARROGANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora