Capítulo III

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Un día normal en mí vida

Brittney

Los estruendos no tardan en hacerse más fuertes. Sintiendo la mano temblar abrí la puerta con dificultad para encontrarme con una escena desagradable. Briana intentaba rasguñar la cara de mí padre, mientras un hombre parado junto a ella trataba de calmarla.

Cerré mí puerta con rapidez, aumente el volumen de la música y continúe dibujando.

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Hice las tres pinturas y ahora solo estaba resolviendo los ejercicios dentro de mí cama. Se me daba bien el área de matemáticas, mis notas eran perfectas. Tal vez porque es más sencillo resolver sus problemas que los míos propios.

Sentí algo suave en mí regazo, alcé la vista y era Frost, parece que despertó. Acaricié su cabeza con ternura.

Mire la hora en mí teléfono. ¡Ya eran las seis de la mañana! Termine el último problema y me levanté para ir a la ducha.

Me desate el cabello, que me llegaba hasta los muslos. Esa era una de las razones por las que siempre estaba recogido. Cada vez que lo llevo suelto siempre se atora en algún lugar, ¡siempre en un maldito lugar!

En fin tengo una relación de amor y odio con mí cabello. ¿Por qué no lo corto? Fácil, a mí madre le daría un paro cardíaco. Pero corto las puntitas en forma de protesta. Hay... que mala soy.

No culpo a mí madre por mí sufrimiento. Culpo a mí niña de ocho años, que se dejó crecer el cabello, por una razón estúpida.

Quería parecerse a Rapunzel.

¡Soplona! Era un secreto entre las dos.

No sé burlen de mí niña de ocho años era muy inocente.

Eras idiota o mejor dicho eres idiota.

Tú cállate consciencia, no ayudas.

Nunca planeé hacerlo, ahora que lo pienso, de hecho, ni desde que naciste.

Por ti, no avanzó.

Por ti, me aburro.

Sacudí mí cabeza deteniendo esa pelea mental. Creo que me estoy volviendo loca, ¡¿porque estoy hablando conmigo misma?!

Te dije que fueras al psicólogo.

¡No ayudas!

Deja de hablar conmigo, consigue una vida social.

Lo que me faltaba. Ni mí propia conciencia puede aguantarme.

Quite los accesorios que traía puesto en mis orejas y cuello. Despoje cada prenda que tenía. Y me adentre, sintiendo las gotas tibias caer por mí piel.

Pasaron largos minutos, cuando sentí que era suficiente salí de la ducha en solo una bata y cabello envuelto en una toalla. Seque mí pelo con dificultad pero mucho cuidado. Si... le había agarrado cariño.

La alarma de mí celular empezo a sonar con una canción que odiaba.

Después de todo que mejor cosa que arruinar mis sueños con una canción detestable. Un buen detonante, se los recomiendo.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2023 ⏰

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