No mendigues de cariño

72 5 0
                                    

Los ojos de Octobella perdieron su brillo característico al ser tomada por él.

Porque sí, mantuvo el plan en secreto hasta por fin desatar la verdad. Haber vivido aquellos momentos junto a él no le habían permitido conocerlo.

Pharaoh Boy no supo como reaccionar cuando la de palpos turquesas dio el primer contacto.

¡Ahhh!bramó y fue directo al ataque a ese cuerpo vendado del antiguo faráon.

Mediante este ataque, pudo admirar la sorpresiva expresión de él. A los pocos minutos, se lanzó para someterlo en contra de su voluntad. Hecho que fue otra de sus muchas erratas, pues le costaría la vida. Ella casi logró atraparlo y aprovechó su acercamiento para empujar su cuerpo más abajo.

—¡Te tengo, niño lúgubre de Egipto!, ¡nunca me agradaste, ni un poco! —Tapó los ojos del contrario con su propio nemes de faraón. Y así recibió una queja ante su ataque.

El faraón tomó sus palabras como un acto de desobediencia, le disgustaba que ella tomara el control.

¡Quítate de encima mío, pulpa insolente!, ¡estas llena de agua por doquier! —Él intentó sacársela de encima de su cuerpo, con sus manos echo para atrás sus hombros. Octobella, en cambio, yacía fiel a su objetivo; necesitaba con urgencia robar el báculo.

—¡Tus palabras no me hieren, tonto!

—Nadie, incluyéndote, puede quitarme el bastón de Ra. ¡Atrás!

—¡Nunca!—refunfuñó.

Estaban tan cerca físicamente pero también lejos y escasos de cariño.

La villana usó sus tentáculos y le lanzó un golpe para aturdirlo.

—¡No hagas eso! ¡Odio el contacto físico!

—Me da igual, principito.

Sus manos chocaron en cuanto inició una guerra sobre el control del bastón. Entonces, la chica pulpo estaba a nada de agarrarlo y él decidió hablar.

¿¡Qué quieres de mí!?

¡Deseo sacarte de mi camino para siempre!

—¡Entonces me has engañado!

Así es, debiste saberlo.

Fue en ese preciso momento que Pharaoh Boy se levantó para usar el poder del báculo.

—Báculo de Ra. —Octobella sintió unos mareos esporádicos, indeseables y que parecían descabellados viniendo de la mano de un 'inocente' cuyo pasado seguía siendo desconocido. La villana se sintió nula de sus propios sentidos, impotente de la acción que realizara, porque le pertenecía en ese momento al que cargaba el báculo siempre; niño rey creyente de su fuerza—. ¿Niña pulpo o prefieres que te diga Pulpa escurridiza? —Le dio una mirada llena de arrogancia y volvió a echar un vistazo desde su cintura hasta sus téntaculos.

—Déj-jam-me en pa-a-z. —Se le dificultó articular palabras por el maleficio del báculo.

—¿Qué has dicho?, no te entendí bien. ¿No me podrías repetir una vez más, querida?

En este caso, no hubo respuesta, en su lugar la escuchó hablar amortigüadamente, entre muchas quejas y con deseos de agarrarlo. Pharaoh Boy se rió victorioso. Entonces le devolvió esa acción, en espera de otra queja.

La Quiero a Ella (Pharaobella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora