PRIMERA PARTE.

36 2 0
                                    

14 de septiembre de 2002

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

14 de septiembre de 2002

Yoo Misuk jugaba en el tobogán de un parque a compañía de su padre quien la observaba de cerca. El horario de clases había culminado hace más de media hora por lo tanto él mayor había decidido llevar a la pequeña a por un helado y, junto a ello un rato de juego en el parque de la ciudad.

Todos los niños de la zona variaban entre los cinco y siete años.

Misuk intentó subirse al pasa mano en un descuido de su padre, pero falló al quedar colgada del tubo por sus pequeños y débiles brazos que no soportaban su peso. Misuk cayó al suelo llamando la atención de los demás niños y adultos cercanos.

— O-oye, ¿te lastimaste?—un pequeño de ojos redondos y brillosos se acerca tímidamente.

— Me duelen las rodillas y las manos—la caída no había sido tan brusca ya que la altura era ideal para los niños sin embargo no evitó raspaduras en su piel.

— Mamá dice que para las raspaduras debes usar alcohol así no entran bacterias que te lastimaran más, pero si duele puedes usar agua oxigenada—extendió su mano— o algo así dijo—se contestó en voz baja haciendo reír a la niña quien tomó su mano para ponerse de pie.

— ¡Misuk!—su padre llegó corriendo al notar miradas en un punto y darse cuenta que se trataba de su pequeña— déjame verte—revisó su cuerpo— lamento no haber prestado atención, cariño, vamos a casa para curarte.

Ella sonrió y asintió, a pesar del dolor que le causaba el estiramiento de su piel al caminar; no evitó que se despidiera del niño con la mano, devolviendo una misma respuesta de su parte. Misuk le cuenta a su padre lo que él niño le había dicho, provocando una mirada de unos segundos para luego de su parte para observar a su niña quien no se veía tan afectada por la caída.

Él padre y la niña empezaron a tomar como rutina salir todos los viernes al parque luego de el horario de salida de Misuk. El helado hacía muy buena compañía en la época de calor por la que estaban pasando e incluso la limonada fría pasó a ser una de las bebidas de cada almuerzo conjunto a su madre.

Tan solo poco tiempo después descubrieron el amor de Misuk por los columpios, volviéndose su juego favorito entre los otros que tenía el parque. La mayoría de veces estaba ella, en escasas veces era su madre, pero al fin y al cabo nunca estaba sola disfrutando.

En una de esas tardes nuevamente se encontró con ese niño de ojos lindos al que superaba en altura. Estuvieron jugando por unas cuantas horas hasta que el señor Yoo se acercó para decirle a su hija que debían volver a casa. Él más pequeño hizo un puchero, no quería que su nueva amiga se fuera y él adulto lo notó.

— Todos los viernes venimos—sonrió— nos podemos ver en las tardes y así juegan, ¿les parece?—ambos niños asintieron. Nuevamente Misuk se alejaba hasta entrar en el auto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 16, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Idol |  JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora