29/ 06/2022
Que mes y que año.
El año en el que una llama se encendió en mi corazón y luego se apago.... ¿o realmente no lo hizo?
Claro que no, una persona la encendió, sin embargo ni sus palabras y excusas sin sentido fueron capaces de apagarla.
Esta claro que es real la frase que dice "donde hubo fuego cenizas quedan", pero en mi quedaron mas que cenizas, quedaron, marcas y recuerdos.
Cada día que pasaba me hacia la idea y quería convéncerme a mi misma de que ya todo se había acabado, o al menos mis sentimientos por el, porque lo que teníamos hace tiempo había tenido un "final".
Pero su compañía, sus abrazos, sus besos, sus chistes malos, sus consejos, todo eso se paseaba por mi mente cada minuto, cada segundo, trataba de evitarlo a toda costa, sin embargo todo a mi alrededor me llevaba hacia el, las canciones que escuchaba, los lugares en los que estaba, queriendo que se apareciera ahí y estuviera a mi lado como antes.
Tenia miedo de enamorarme, pero nunca tuve miedo de que me rompiera el corazón aunque al mismo tiempo sabía que pasaria, jamas me prepare para que lo hiciera;me llego de sorpresa así como un huracán llega a los lugares y arraza con todo, así mismo sus palabras arrazaron con mi corazón dejándolo en mil pedazos.
Recuerdo esa noche, esa llamada, en la cual se desgastaron todas mis energías debido a la incontable cantidad de lagrimas que derrame.
Al siguiente día tuve que levantarme fingiendo una sonrisa, no quería que me hicieran preguntas, no más de las miles que yo misma me hacia, explicaciones con algún tipo de validez rondaban por mi cabeza, queriendo saber, ¿que hice mal? ¿que me hizo falta?, el nudo en mi garganta permaneció todo el día, aún en el momento en el que cante esa canción, mi primera presentación en publico fue un escondite de lagrimas.
Sabía que los siguientes días serían difíciles y lo fueron, recuerdo como lloraba en silencio, escondida en el baño para no tener que darle explicaciones a mi mamá, antes de dormir, incluso caminando por la calle,no podía pensar en otra cosa que no fuera el, el hecho de pensar que ya no sentiría sus cálidos abrazos me mataba, era peor que sentir golpes por todo el cuerpo.
Me dolían los ojos, la cabeza y el pecho de tanto llorar, ¿pero saben que era más doloroso que eso? , el hecho de pensar que nunca signifique nada para el, que la única enamorada e ilusionada fui yo, y ahí me convenci de lo estúpida, inocente e ingenua que yo era.
