La nieve que caía era abundante y cubría las grandes ;y extensas montañas de alrededor , al igual que las copas de los altos árboles que cubrían la llanura de pura oscuridad , esto debido a las altas copas que solo hacían pasar un poco de la tenue luz de luna o la radiante luz del sol.
En las entrañas del denso bosque cubierto por la nieve , se ubicaba una aldea , la cual era atemorizada todas las noches por un feroz depredador que los vigilaba desde las sombras , esperando a que cayera la noche para atacar y devorar sus cuerpos en inmenso bocados.
Los habitantes de esa aldea tuvieron que levantar una gran barrera de maderada , cubrir sus casas con estacas y dormir con armas al lado de sus camas.
Todo por el miedo a ser atacados mientras duermen , cuando mas vulnerables se encuentran...
Esto pasaba de generación en generación , bestia tras bestia , una mas fuerte que la otra.
Aquella aldea no era la única en la mira de las bestias , había muchas mas que todavía seguían existiendo o que quedaron como una advertencia para no subestimar a las bestias.
Solo lograron sobrevivir gracias a las grandes cantidades de animales muertos que dejaban en la entrada de la aldea , usando eso como una pequeña ofrenda para salvar sus vidas.
Pasaron años encerrados entre esas asfixiantes paredes , pero seguros , aislados de todo su entorno.
Todos vivían tranquilos en aquel pequeño pueblo , todos menos un pequeño niño , que siempre miraba la gran entrada hecha de madera y cubierta de estacas con anhelo.
No es que le gustara aquella entrada , no , era todo lo contrario , la odiaba , lo hacia porque esa gran entrada impedía que el saliera a buscar su tan anhelada libertad , sus ganas de buscar aventuras y su curiosidad crecían sin parar , quería explorar ese gigantesco bosque que lo llamaba.
Pero sabia que eso seria imposible y mas con los miles de ojos que siempre estaban puestos en el , pues las personas en esa aldea nunca lo dejaban solo , todo por miedo a que se escapara y para colmar la paciencia del niño , siempre le advertían de lo peligroso que era ese lugar.
A el no le importaba , por nada su apellido era Monkey D. , no le asustaba tratar con bestias y con cada palabra de sus vecinos , su curiosidad por conocer a las tan temidas bestias aumentaba.
El pequeño Monkey D. Luffy , era un niño sonriente que siempre alegraba la vida de las personas a su alrededor , a todos les encantaba la atrayente actitud del niño y su tan radiante sonrisa , que era como el sol en aquel oscuro lugar , lleno de miedo y frustración.
Luffy vivía con su mama en una pequeña choza que al igual que las otras , estaba cubierta de estacas , era pequeña pero acogedora y a pesar de no tener padre , el cariño que le brindaba su madre era suficiente.
Días felices y tranquilos , hasta que la desgracia cayó en la aldea...
La bestia que atormenta sus hogares había logrado pasar las grandes paredes de madera , importandole poco las infinitas estacas que se llevo de por medio.
Esto ocurrió cuando Luffy y su madre estaban dejando la comida para la bestia , acompañados de otras personas de la aldea...
La bestia de pelaje azabache , dientes afilados y ojos negros cual carbón , salto encima del aldeano mas cercano , para luego seguir con el siguiente.
La madre de Luffy lo cargo y comenzó a correr hacia su choza con la bestia persiguiendola.
Rápidamente abrió la puerta y tiro a Luffy hacia adentro cuando la bestia atrapó su pierna , sin poder decirle nada a su pequeño niño , cerro la puerta con fuerza y dejo que la bestia la hiciera una mas de todos esos cuerpos sin vida en la nieve...
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~'El niño de la Caperuza'~
FanfictionUn pequeño niño de nombre Luffy , vestía con una caperuza roja , regalo de su difunta madre , alguien tan sonriente y angelical a los ojos de todos , pero solo era una mascara , que ocultaba al lobo con sed de sangre dentro de el...