Tentación

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―Una vista bastante magnifica, ¿no crees?

Ella no se giró cuando escuchó la voz a su espalda, incluso cuando toda su guardia se puso en defensa ella no se movió a pesar de la voz extraña.

― ¿Qué es esto? ―fue una pregunta curiosa, pero a la vez con interés, no hubo molestia ante lo que estaba viendo, pero tampoco podía decir que apreciaba la vista―, ¿sabes cuanto papeleo generará esto?

Dio un giro simple.

Sus zapatos giraron sobre la tierra, el ruido fue simple mientras que se giró y vio algo que no comprendió.

―Oh, no me mires así, pequeño demonio ―la mujer entrecerró los ojos ante ese comentario despectivo, ¿pequeño?, ella había vivido por milenios.

―Tienes bastante descaro en llamarla así, humano ―el odio era evidente, un par de ojos rojos se encontraron con unos ojos plata, pero cuando vio el alma de esa persona al verlo a los ojos.

Solo se quedó quieta cuando miró a un pozo que parecía sin retorno.

―Supongo que eres Lucifer en este lugar ―la sonrisa del hombre era viciosa y burlona, era evidente a simple vista que había nada más que una simple máscara en lo que estaba presente en el "rostro" de esa persona ante ella.

―Debes creer que eres bastante genial para venir así y hablar como si fueras el dueño del lugar ―los brazos de la mujer se cruzaron, el sonido de su traje negro arrugarse ante la acción resonaron ante el silencio que había entre un lado y el otro.

Una risa seca salió del hombre al momento en que vio la postura de la mujer.

―La arrogancia está donde debe estar, pero debo decir que este mundo... supongo que el cambio del reverso del mundo causó una era de dioses inferior continua, no sé si lo llamaría un mundo inferior o uno defectuoso ―Lucifer entrecerró los ojos cuando el hombre llevó una mano a su mentón y empezó a pensar en voz alta.

Lucifer lo vio, cabello blanco y una armadura negra, era una vista rara, parecía una armadura antigua, pero ni siquiera ella podía descifrar los materiales de los que estaban hechos.

Era como si no perteneciera a la creación de Dios.

Pero lo que la desconcertó fue ver el manto rojo con las cruces, era obvio que había alguna especie de bendición o algo parecido.

¿Un santo de otro tiempo?

Imposible.

Lucifer quitó toda idea de su cabeza con respecto a eso, no había forma que al ver esos ojos y la sonrisa del hombre este fuera algo en lo mínimo relacionado a lo santo.

― ¿Quién eres?, pareces conocerme, pero no te has presentado ―Lucifer vio como la sonrisa del hombre creció. Ella extendió una mano y los demonios que estaban esparcidos se tensaron.

Solo dos más que estaban a su lado no se movieron.

Ambos demonios que se quedaron tanto a la derecha e izquierda de Lucifer estaban mirando con cautela al hombre.

―Me sorprende que hayas venido por una pequeñez como esta, puedes llamarme Archer si gustas, pequeño diablo ―la sonrisa del hombre era arrogante.

Estaba empezando a cansar a Lucifer que solo había estado escuchando el parloteo del hombre por mera curiosidad. Negó para sí con la cabeza, miró su cabello blanco que se movió frente a su rostro y se peinó antes de volver a ver al hombre que no se había movido.

―Entonces, Archer, no te reconozco de la creación de padre ―la voz de la mujer sonó curiosa, pero a la vez algo molesta por el trato que estaba recibiendo―, un mero ser como tú está actuando bastante arrogante, pero estoy de buen humor, así que lo dejaré pasar y solo te mataré luego de que contestes unas--

PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora