¡Deja en paz al bastardo!

2

Era uno de esos momentos donde Bakugo se metía en la vida romántica de Kirishima. Estaba escondido dentro de un casita de tobogán, era el único lugar donde podía mantenerse escondido mientras observaba al pelirrojo junto a un extra.

—¡Permiso! —Gritó un niño, subiendo por el tobogán alterando a Katsuki quien de inmediato lo silenció con un largo "sssshh ssshh usa las putas escaleras" Se aseguró de que no lo hubiesen notado.

—Largo de aquí maldito mocoso, el tobogán es mío. —Y con una mano lo empujó como había hecho con cada niño que intentaba subir.

Miro nuevamente por la pequeña ventana, distrayéndose por una cabellera bicolor en los columpios.

Todoroki tenía menos tiempo en el parque que el rubio, se mecía suavemente, hasta que sintió un mirada alzó su rostro encontrándose con unos ojos rojos, y una sonrisa puntiaguda, se tomó unos segundos antes de responder con una pequeña sonrisa.

Pero por detrás del chico pelirrojo vio una cabellera única que reconoció de inmediato. Ese era su amigo Bakugo, se levantó caminando hacia este.

—¿Qué haces, Bakugo?

—¿Tú, qué haces aquí?

—Estudio al lado. —Señaló a la gran edificio al lado del parque. Bakugo solo le dio una ojeada a Todoroki.

—Piérdete.—Pero Shoto hizo caso omiso.

—No respondiste a mi pregunta, ¿Qué haces aquí?

—¿Y a ti qué?, metiche

Todoroki, curioso, observó hacia dónde iba la mirada del rubio.

—¿Quién es él?

—Ni puta idea. —Mintió. Todoroki lo analizó la situación ¿Acaso su amigo, quería hablar con él pero no se atrevía? Decidió que ayudarlo con su vergüenza, sería bueno. Se alejó del rubio, yendo directo hacia el pelirrojo.

Katsuki lo vio y se llevó las manos al pelo, ese maldito bastardo lo arruinaría. Y el rubio maldijo a aquel que le presento a Shoto. Huyó de ahí en cuanto el otro hablo.

Esa misma tarde recibió un mensaje de Todoroki, avisándole que el nombre del que espiaba era "Kirishima Eijiro" y Bakugo ni siquiera sé digno a responderle.

Katsuki era creador de su propia miseria.