Miraba aquel bebé recien nacido en mis brazos; el cual lloraba sin parar humedeciendo sus pequeñas mejillas rosadas. Supongo que tal vez llora por haber perdido a su madre, quien murio al darle a luz; o tal vez simplemente llora porque quiere.
No entiendo porque un bebé que apenas conoce el mundo puede llorar de una manera tan escandalosa; nisiquiera yo, que soy un adolescente de 16 años el cual fué corrido de su casa a unos meses de su cumpleaños, por haber embarazado a su novia, lloraría de tal manera. Le falta comprender lo dura e injusta que es la vida.
—Lizbeth —Susurré.—
Mi mirada la cual estaba enfocada en aquel bebé llorando se dirigío al cuerpo de mi novia, el cual estaba sobre aquella cama desgastada que había conseguido para que ella descansara.
—Nuestra bebé tendrá tu nombre cariño. —Solté algunas lágrimas de mis ojos, al desear que mi amada novia hubiera podido escojer el nombre de nuestra pequeña niña; pero partió antes de tiempo.
—Yo...no pude decirte que...no soy el mejor amante, nisiquiera fuí lo que buscabas en alguien; pero, te amo, te amare, y te ame...hasta que la muerte nos separó.
Esas fueron mis ultimas palabras hacia mi amada novia; desearía podio haberle dicho esas palabras viendola a esos hermosos ojos negros que se iluminaban con la luz; parecían estrellas en un cielo nocturno.
Y no mentía al respecto; la amé hasta que la muerte nos separó; aunque no fuí el novio cariñoso que ella merecía; mi caracter serio que forme durante los años de mi infancia, fueron un desastre cuando estaba con ella, no merecía a alguien que no pudiera demostrarle todo el amor que sentía por ella.
—Cuidaré de nuestra niña, eso hubieras querido. ¿No? —Le mostré mi sonrisa que ella tanto amaba aunque yo la odiara; con cada segundo que pasaba sentía como mi corazón se quebraba en mil pedazos; ya no volvería a escuchar su voz decir mi nombre, o decir un te amo; tan siquiera podría volver a verla sonreir mostrando esos hermosos oyuelos que la hacian ver tierna.
Aparte mi mirada del cuerpo de mi novia tan rapido, que un segundo la estaba viendo a ella y al otro me encontraba viendo la ventana del cuarto,contenplando algunos arboles que impedían ver más allá.
Poco a poco unas pequeñas gotas aparecieron en la ventana dando inicio a la temporada de lluvia.
— Eso es, llora por mi. —Dije refiriendome a la lluvia la cual poco a poco se hacía más fuerte impidiendome escuchar los llantos de la pequeña bebé que rogaba por ser limpiada de aquella sangre que estaba por todo su cuerpo, producto de apenas aver nacido.
Apesar de que aquella lluvia escandalosa llorara por mi, mi vista comenzaba a distorsionarse por las lágrimas que empezaban a brotar de mis ojos, segundos despues sentí como una de mis lágrimas recorria mi mejilla y posteriormente caia por mi mentón hacia la barriga de la bebé, la cual lloraba sin parar.
—Que haré contigo Lizbeth, no se como cuidar un bebé. —Dije mientras sentía mi mente estallar en desesperación.
—Joder, ¡nisiquiera se cuidar de mi mismo! —Cerré mis ojos para calmarme, estaba empezando arrepentirme de haberla embarazado, no tenía idea de lo dificil que sería el cuidar una bebé, nunca lo había pensado. Y mucho menos tenía idea que perdería aquella persona que fué la única que estuvo para mí sin importar que.
Abrí mis ojos dirigiendo la mirada hacia el techo para pestañear un poco y relajarme. —Supongo que tendré que ver que más desgracias y obstáculos me dará la vida para mi.
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4 meses mas
RomanceLa vida para Kevin, un pelinegro de 16 años, no fué ni es justa, desde su nacimiento la vida le enseñó que los golpes y obstáculos serían fuertes y agobiantes, solo contaba con el mismo para superarlos, no había nadie más, hasta que por una noticia...