Una de los disfrutes de la vida.
Es cuando eres niño. Eres alguien pequeño, indefenso y sobre todo.Inocente.
Un pequeño que logro convencer a sus padres de tener una pillamada con uno de tus amigos.Uno creería, que el acto que se hacía de niños, se sentiría igual. Por qué todos soñamos con una pillamada. Incluso recordamos, esos días de súplica para que tu madre dejara. Que un extraño al que llamas, amigo. Se quedará contigo a dormir.
La mayoría de las madres siempre están en contra. Son mayores que tú, saben a la perfección, que actos hace alguien inocente. Que por curiosidad, se mete en mundo turbulentos.
Y eso mismo estaban experimentando dos ardillas. Pero esta vez. Ambos siendo ese adulto.
Una de ellas, dándole la espalda, a la ardilla que por una actualización. Se volvió realista.
Esa confianza que tenían de niños, para dormir en la misma cama. Había desapareció. Ambos se daban la espalda. Pero la incomodidad, no lograba que estos pudieran dormirse. Y los pequeños momentos en los que lograban acomodarse y sin querer rozaban al otro por accidente. Se enrollaban mucho más. Hasta el punto de parecer un croissant.
Dale que por su lado de la cama. Lo único que miraba. Era la puerta de la habitación, el armario y un reloj en la pared, marcando las 2 de la madrugada. No sabía cómo salir de esa habitación, estaba bromeando cuando decía que dormiría con el. Esperaba negación por parte de Chip. Pero este no dijo más, y solo apagó la luz.
Mientras que por otro lado. Chip quería reaccionar, quería decirle algo, que tenía algún problema en la espalda y necesitaba su cama, pero mientras más lo pensaba. Más se le dificultaba, en inventar una excusa, para que no sonara grosero.
Pero en un movimiento de mala suerte. Estos se voltearon al mismo tiempo. Esperando no encontrarse con la mirada del otro.
Chip admirando con más cercanía, aquellos ojos de color celestes que tenía Dale. Mientras que el otro. Solo quedaba atontado. Al tener el rostro del otro tan cerca.
—Hola.
Hablo Dale. Esperando algo, aceptaría en ese momento, un regaño por parte de su amigo, para que lo sacará. Pero no estaba seguro, si su compañero estaba incómodo. Al no tener la actualización. No podía ver sus gestos. Se sentía en desventaja, por qué sabía lo muy observador que era su amigo. Pero le agradecía a dios. Por qué la única señal que podía notar. Son aquellas mejillas de color carmesí, por parte de Chip.
— Hola.
Recibió en contestación. Por parte de la ardilla de caricatura. Estaba embobado, admirando aquel rostro que tenía enfrente suyo. Tenía curiosidad, el saber que se sentiría tocar ese pelaje. Y sin hablar de los labios ahora muy carnosos de Dale. Que lo único que provocaban en la ardilla dibujada. Eran pensamientos casi impuros, que tenía que suprimir demasiado. Por qué sabría que en algún momento de descuido. Encima de el, se le pondría una nube de imaginación, y mostraría lo que estaba pensando.
— Pensé que estabas dormido. — Hablo Chip.
— Lo intenté, pero soy un actor. He tenido días en los que no he dormido. Sufro un poco de insomnio.
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El Diario [Chip X Dale]©
FanfictionDespués de un par de semanas en las que todas las caricaturas se salvarán por parte de los; Rescatadores. Chip y Dale siguen con unas vidas más tranquilas, Chip aún con su trabajo habitual, y sin volver de momento a las luces del espectáculo. Su ami...