CAPÍTULO 118

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CAPÍTULO 118


Hacía una semana que había regresado y los exámenes daban comienzo, pero no estaría en el salón con los demás, para quienes tomamos clases a distancia sería diferente y en un salón aparte.

—¿Nerviosa? —Preguntó Daniel mientras conducía y sonreí.

—Para nada, me tengo confianza. Todos los días serán iguales, tomaré los exámenes y me iré, es poco probable que me cruce con los demás ya que están en la misma sitúacion.

—Si.

Llegamos y todos me miraban, la mayoría parecían ser nuevos estudiantes, pero no les presté atención, fui al salón que me indicaron y tomé los exámenes.

Cada día era igual hasta que en el último llegamos y por detrás el deportivo negro que conocía muy bien. Estacionó prácticamente al lado, y esperé un momento, pero él no bajó.

Suspiré comprendiendo y me dirigí a mi salón.

—¿Querias ver a Thomas? —preguntó Daniel mientras regresábamos.

—No es eso, solo quería saludar. No tengo porque huir. —sonreí.

—Es cierto.

—Por eso quiero decirte que te perdono por todo lo que pasó, querías protegerme de una manera equivocada, pero protegerme. No debí decir todas esas cosas horribles, no lo merecías, pero me ayudó mucho. —se detuvo en un semáforo y me miró.

—Estabas en todo el derecho de enfadarte como lo hiciste, merecía todo aquello y el peor castigo fue tu partida. Saber que no pude estar contigo y ayudarte como quería y debía, nuestra conexión es más grande que simples hermanos. Solo quiero que me perdones si realmente sanaste, de lo contrario puedes gritarme todo lo que quieras e incluso golpearme. No quiero volver a verte en ese estado, jamás. —puso en marcha de nuevo.

—He sanado por eso estoy tan serena, conseguí muchas cosas y es la mayor prueba. Además, si no te perdono ¿Que me queda? Eres mi fastisioso hermano, pero te quiero, eres una parte de mi y no quiero perderte. Somos una balanza equilibrada que lo compartimos todo y no quiero que cambie, podemos madurar, pero jamas cambiar.

—Eres tan valiosa Sam, jamás te cambiaría hermanita. —llegamos y me miró con lágrimas.  —Haría cualquier cosa por ti, incluso tomar decisiones equivocadas y desesperadas esperando que te hicieran bien. Me perdonas, pero jamás pude perdonarme por haberte dejado aquella noche, donde todo sucedió. Te culpaste por todo cuando siempre fue mía... —se frotó los ojos —no merecía ser feliz si tu no lo eras...

—Está bien —tomé su mano para que se calmara. —es un libro cerrado y en el pasado, es momento de mirar al futuro. En su momento fui egoísta con todo lo que dije con respecto a nuestra madre, y no tomé en cuenta lo que sentías, como te sentiste y se consciente de que también la necesitaste. Claro que la necesitaste , en tu niñez y adolescencia. Cuando comenzaste a conocerla ambos la perdimos, y lo siento tanto. Perdóname por eso, por favor. —dije en tono bajo, dolido y arrepentido por no haber tomado en cuenta sus sentimientos cuando solo importaba sacar los mios.

—Sam, no hay nada que perdonar. Lo digo en serio, aunque es verdad que ya no la tenemos, lo mejor es que nos tenemos nosotros. —me haló para abrazarme y me aferré a él.

—Y otra cosa, ya no tienes que culparte porque yo no lo hago y claro que mereces ser feliz... —suspiré —mereces y deseo que seas feliz, por eso, sea la mujer que elijas para tu vida no me opondré ni diré nada al respecto. Es tu vida y decisión, sabes lo que es bueno para ti.

—Sam... —me abrazó con más fuerza.—te amo hermanita molesta, pero la más especial que puede existir.

—Y yo a ti —sonreí son lágrimas.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora