❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

E P Í L O G O

"Yo te he amado por mil años... 

Te amaré por mil años más..."

Como una suave caricia, así se sintió al despertar y sentir los aromas mezclados de su familia. Sonrió incluso sin abrir los ojos. Todo estaba tan tranquilo, realmente se sentía incluso mágico.

Se supone que dormirían ellos dos luego de un cansado día yendo de un lugar a otro. Pero antes que ellos lograran conciliar el sueño, tres pares de pies traviesos se metieron entre las sábanas para dormir a su lado.

Suspiró.

Abrió los ojos y miró con algo de dificultad a su familia. No podía moverse mucho si no quería despertarlos, pero eso no le impedía admirarlos hasta que sea el momento de levantarse.

Yoongi estaba a su lado derecho, dormido boca arriba pero con la cabeza algo ladeada hacia él. Sus cabellos negros habían crecido un poco con los años y ahora, sin peinarse adecuadamente, parecía un nido de cuervos. O eso era lo que solía decir su princesa.

Sunyoung, la princesa de Seúl de cinco años, estaba sobre su padre. Con la cabeza sobre el pecho del alfa, abrazándalo con fuerza al dormir. Sus cabellos negros algo largos le tapaban parte del rostro, pero dejaban ver claramente sus mejillas regordetas siendo aplastadas un poco contra la tela.

En medio de el alfa y el omega estaba el más pequeño de la familia, el segundo mellizo en nacer: Seoyoon. El hermoso niño era la viva imagen de su madre, con sus cabellos rubios alborotados y sus ojos verdes que lograban hacer hasta al más serio mostrar una sonrisa. Él estaba entre sus dos padres, en posición fetal pero su cabeza en dirección a su madre.

Y por último, el mayor de sus tres tesoros, Jijoon estaba de su lado izquierdo. El niño de once años que se había presentado como un alfa hace un año tenía el rostro escondido en el hueco que formaba su abdomen y la cama, con su mano apoyada ligeramente sobre su pecho y una pierna sobre las suyas.

El heredero al trono era el más serio de los tres príncipes, imitando a su padre en su actuar y buscando superarlo incluso en algunas cosas. A diferencia de sus hermanos, él no era muy sociable. Prefería quedarse en su habitación o en la biblioteca, aprendiendo cosas nuevas o simplemente durmiendo.

Pero también era el más apegado al Omega Luna de los tres príncipes.

Desde muy pequeño se había tomado el trabajo de protegerlo cuando su padre no estaba cerca. Su ímpetu había crecido luego de presentarse como alfa, siendo el encargado de acompañarlo las veces que su Rey debía abandonar Palacio y su madre se quedaba a cargo. Era su confidente y su mejor compañía.