Buscando a Doña Clotilde.

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Fueron a buscar a Doña Clotilde cuando ya amaneció. Buscaron unos minutos por la ciudad, pero parecía imposible, ya que no la encontraron y no sabían dónde podía estar. Así que decidieron preguntarle a un hombre con sombrero negro y traje marrón.

-¿Conoce a una mujer que se llama Doña Clotilde?- pregunto el chavo.

-Si, me suena... pero oí que no la vieron desde hace 5 años.

-¿Ves, chavo? Esta muerta- dijo Esteban.

-Pero es posible de que no esté muerta- continuo diciendo el señor.

-¿Qué le pasó?- pregunto Ñoño.

-Es posible que se halla mudado a otro pueblo. Se enfermo de cancer y no encontró médicos que puedan tratarla, así que se fue a otro pueblo en donde se hay médicos más expertos.

-¿Como se llama ese pueblo, señor?- pregunto Esteban.

-Creo que es el pueblo más, pero más cercano a este.

-¿Hay que tomar un tren para llegar hasta ahí?- pregunto Ñoño.

-Pueden tomar la estación del tren que 2 cuadras de aquí.

-Gracias por decirnos- dijo el chavo.

El chavo junto a Esteban y Ñoño, fueron a la estación del tren y se pusieron a esperar a un tren que llevaba al mismo pueblo.

-Nos buscan- dijo Esteban con un periódico.

-¿De que hablas?- dijo el chavo.

Esteban le acercó el periódico al chavo y vio que en una de las noticias de el periodico decía "Se dice que los fugitivos, el chavo y Esteban, están escondidos en el bosque Tall Tress"
-¿Cómo pu--puede pasar?- dijo el chavo tartamudeando debido a lo nervioso que estaba.

-Mira aquí- dijo Esteban.

Abajo del título de la noticia, decía "Un pescador encontró 3 cuerpos en el río. Y cuando llamo a la policia, descubrieron que fueron baleados, y que las balas eran iguales a las balas de la pistola que se robo un preso fugitivo llamado chavo".

-Ahora si que tenemos que irnos de este pais- dijo el chavo.

-Sólo tenemos que ser un poco más silenciosos, y todo estará bien- dijo Ñoño.

El tren llegó y el chavo, Esteban y Ñoño se subieron a el. Hicieron el mayor esfuerzo en no hacer contacto con nadie, para que no los descubran.

-¿En que parada llegamos al pueblo?- susurro Ñoño.

-En la última, creo- dijo el chavo.

-Recuerda susurrar- le susurro Esteban al chavo.

-Si, perdón.

Mantenieron el viaje sin decir una palabra. Hasta que el tren paro en la última parada y el chavo, Ñoño y Esteban bajaron del tren.

-Solo hay que preguntarle a alguien si esta es la ciudad- dijo el chavo.

-Preguntemosle al señor que esta vendiendo la fruta- aconsejo Ñoño.

Fueron hacia el señor que vendia fruta y preguntaron si el pueblo estaba cerca de Acapulco
Continental.

-Disculpe, señor, ¿esta ciudad que tan cerca esta de Acapulco Continental?- pregunto Esteban.

-Es la ciudad vecina.

-Gracias- dijo el chavo.

Se fueron en busca de Doña Clotilde.

-¿Si fueras ella, donde estarías?- pregunto Esteban a él chavo.

La Guerra del Chavo del 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora