Me doy cuenta de que tengo razón cuando Lisa sigue caminando hacia allí y el pavimento bajo nuestros pies se convierte en arena.
Caminamos hasta el agua y nos sentamos peligrosamente cerca de la orilla.
Busco sentarme lo más lejos posible de ella, sintiéndome más paranoica e incómoda ahora que estamos completamente solas, pero no me deja. En lugar de eso, me pasa el brazo por encima de los hombros y lo deja reposar allí.
Intento zafarme de su agarre, pero me advierte que no lo haga y, ahora mismo, no me atrevo a desafiarle ni a enfadarle.
—Entonces Roseanne... —dice con una sonrisa de suficiencia —Háblame de ti.
—¿Qué quieres saber? —pregunto con voz dócil.
Odio el hecho de tenerle tanto miedo.
—¿Por qué has venido a Los Ángeles?
Me niego a mirarle a los ojos y me quedo mirando el mar.
—Quería vivir la experiencia, y ser más independiente. Además, simplemente hay algo en este lugar por lo que siempre me he sentido atraída.
Siento las yemas de los dedos de Lisa acariciarme los brazos y el costado, y yo solo hago lo posible por ignorarlo.
—¿Cómo es que juegas al baloncesto?
No puedo evitar sonreír mientras el viejo recuerdo fluye por mi mente.
—Todos los amigos de mi hermano jugaban fútbol o floorball cuando eran pequeños, pero a mi hermano se le daba fatal, la verdad, pero estaba decidido a practicar algún deporte, así que decidió jugar al baloncesto. El caso es que solo tenía diez años y, por aquel entonces, era el chico más tímido que jamás hayas visto, así que me convenció para que fuera con él. Yo era muy escéptica al principio y le dije que solo me quedaría hasta que consiguiera algunos amigos, pero todo fue creciendo y decidí quedarme.
Lisa se queda callada un momento, y la miro expectante, haciendo que ella me devuelve la mirada.
—Sabía que eras simpática. —me sonríe —Y al parecer también eras un ángel cuando eras más joven.
Creo que parezco un poco confusa porque se ríe entre dientes ante mi reacción.
—Esa es una de las cosas que me gustan de ti. —me explica —Que seas tan amable. Te he observado dentro y fuera de clase, y eres tan amable con todos los que conoces, a menos que tengas una buena razón para no serlo.
La idea, el recuerdo, de que me esté observando hace que se me ponga la piel de gallina y Lisa me acerca inmediatamente a ella, como si pensara que tengo frío.
Me doy cuenta de que lleva una especie de fragancia que, para ser justas, huele bastante bien.
Lisa no para de hacerme pregunta tras pregunta, queriendo saber todo de mí, y aunque intento ser lo más breve posible, parece que está averiguando demasiado para mi gusto. No quiero que lo sepa todo sobre mí, pero sinceramente me da demasiado miedo no contárselo porque cada vez que me callo y no contesto, parece irritarse y enfadarse, aunque solo sea durante unos segundos hasta que cedo. Sin embargo, cada vez que intento preguntarle algo personal, todo su cuerpo se tensa y se niega a pronunciar una sola palabra sobre sí misma. Sigue diciéndome que esta noche se trata de conocerme a mí, no a ella, pero algo me dice que nunca piensa abrirse conmigo.
El reloj se acerca a medianoche y seguimos en la playa, tumbadas en la arena y mirando las estrellas hasta que Lisa decide darse un baño.
—Vamos. —me dice y me hace señas para que me levante —Será divertido.

ESTÁS LEYENDO
WICKED GAME (ROSÉ)
Misterio / SuspensoTodo comenzó con un aparentemente inocente juego de Verdad o Reto en una fiesta de la fraternidad. Pero pronto se convirtió en un aterrador juego de vida o muerte...justo cuando alguien puso sus ojos en ella. •ADAPTACIÓN• Todos los créditos al autor...