La conversación con Lucius

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Fue reconfortante saber que no eran unos amargados, aunque no sé si era porque este iba a ser nuestro último desayuno en familia dentro de un rato o por la presencia de Narcissa. De todas maneras fue un momento muy hermoso y que recordaré con cariño.

En esta conversación descubrí el nombre de mi prima, es Alhena Ersa, aparentemente Draco, Ersa y yo tenemos gatos de la misma camada porque estos están casi idénticos, los elfos nunca se acercaron para nada, así que me imagino que el trato que les brindamos no es el más adecuado, algunos me miraban específicamente a mí con terror, esto lo descubrí cuando pedí más panqueques y por último pero no menos importante, Draco estaba en una relación ¡CON MI VERSIÓN FEMENINA! Su apellido era Grindelwald, aparentemente Greengrass y Parkinson habían perdido la guerra... Les juro que cuando me enteré se me fue el café por la nariz. Podría hacer una página completa de lo sorprendido que estoy al respecto pero sigamos con un detalle bastante relevante.

– Discúlpenme a mí y a los muchachos pero tenemos cosas importantes que discutir – anunció Lucius mientras se limpiaba la boca con una servilleta, dirigió una mirada hacía nosotros a lo que comprendimos que era momento de salir del comedor.

– Tía Cissa y señorita Ersa fue un placer haber tenido este desayuno con ustedes pero el deber me... – Paré en seco debido a que recordé que Draco venía conmigo – Bueno, el deber NOS llama – Todo mundo lanzó una pequeña risa a excepción de Lucius que se encontraba parado en la puerta esperándonos, puse cara sería y me despedí rápidamente de las mujeres presentes, el hurón hizo lo mismo y salimos detrás de mi tío, no sin antes recoger la manzana que se me había ofrecido.

Él oxigenado mayor nos llevó a un estudio que por cierto creo que ninguno de los dos había estado allí dentro porque nos dijo en un tono BASTANTE serio – No vayan a tocar nada de lo que se encuentre dentro ¿entendieron? – La verdad es que nos asustó un poco pero asentimos múltiples veces. Draco y yo recorrimos la habitación y en efecto, tenía muchos estantes y muebles con cosas que ni siquiera sé que eran, había urnas, probeta con un ojo dentro, barcos dentro de botellas, libros y una gran cantidad de licores y vinos, no me les quedé viendo por mucho tiempo a nada excepto por una pintura abstracta de una serpiente devorando a un león, ni siquiera tengo que explicar el porqué. Mientras tanto Lucius cerró la puerta con seguro, y arrojo el encantamiento Muffliato, fue velozmente chocando con el mueble con muchas botellas, del cual sacó una, se sirvió en un vaso de vidrio y se lo bebió en un sentón.

– ¿Es por lo ocurrido en la Copa Mundial de Quidditch? – Draco estaba preocupado, ambos no tenemos pruebas suficientes de que Lucius estuvo entre los Mortifagos pero no sabemos si la investigación del Ministerio de Magia tenga alguna pista de que estuvo involucrado.

– Precisamente, hijo – Casi casi aventó el vaso de vidrio al escritorio, se colocó cara a cara de este y le tomo del rostro con ambas manos – Puede que vayan a

– ¿Cuál vendría a ser ese, padre? – preguntaría muy confundido, la verdad es que yo también lo estaba.

– Ser el hombre de la casa – Técnicamente esa fue una declaración, dio a entender que por algún motivo él podría llegar a faltar en la casa, de todas formas le daré el beneficio de la duda.

– Tío Lucius, haznos el favor de explicarte porque no estamos entendiendo la dirección de esta conversación – interrumpí la conversación para ver si con eso iba al punto y lo hizo.

– Me he contactado con familias de los Sagrados 32 para hacer un acuerdo de matrimonio con Ersa – esto se lo dijo a Draco pero antes de continuar volteo hacía mí y anticipé lo que próximo a decir.

– ¿Acaso me estás buscando una esposa? ¡Tengo 14 años! – No estoy seguro si antes le había alzado la voz a mi tío pero en ese momento lo hice – ¿Todo esto para qué? De verdad que no entiendo – Realmente ocupaba una respuesta en ese momento, no estaba pensando con claridad y a pesar de que era muy temprano sentí una gran necesidad de ingerir alcohol, me acerque a la botella que había dejado sobre el escritorio pero solo me puse a inhalar la esencia de este licor esperando que la necesidad se fuese.

– Para tener aliados, en caso de necesitarlo. Hijo mío, tú has hecho un trabajo excelente conquistando a la señorita Grindelwald, sin duda es alguien de armas tomar – Escuché el sonido producido cuando das un beso, de pronto noté como daba pasos hacia mí, ahora se encontraba a mis espaldas tanto así que sentía sus respiraciones en mi nuca – pero Isidor...yo he sido muy paciente contigo pero no me has dado señales de si quiera estarlo intentando, me parece justo que dejes tus actitudes de mujeriego, dejar las aventuras de una noche y empieces a tomar tu apellido en serio.

Aún sujetaba el Bourbon en mis manos y cuando estuve a punto de tomar directamente de la botella, me fue arrebatada de las manos, al principio pensé que era Lucius quien había detenido dicho acto pero en realidad fue Draco, él me comunicó tantas cosas con su mirada, el oxigenado mayor miraba la situación confundido sin entender si era una mirada de amenaza o comprensión, yo estaba muy enfocado calmándome así que una vez que lo hice me posicione frente a mi tío y le aseguré con toda la confianza del mundo – Yo me encargaré de mi descendencia, déjalo en mis manos – Le sonreí y después le encaje la mordida a aquella manzana verde que llevaba cargando.

Los dos rubios me sonrieron de vuelta y para finalizar dicho asunto tan tenso Lucius finalizó después de peinarse un poco – No puedo esperar a conocer a la próxima señorita Lestrange – se dio la vuelta y nos dejó a nosotros en su estudio, no pude evitar voltear a ver a la pintura que llamó mi atención previamente.

– No vas a dejar tus actitudes de mujeriego ¿Cierto? – me cuestionó el hurón cruzado de brazos.

Dirigí la mirada hacía este para responder – Se debe probar distintos vinos para descubrir el jugo más exquisito – le di otro bocado a la manzana, se la arroje y al igual que Lucius deje la habitación con un Draco sonriente.

– Esto va a ser interesante – esas fueron las últimas palabras que alcancé a escuchar.

Solo para aclarar... no tenía ni idea que tenía actitudes de mujeriego casanova, llegué allí con casi nada de información, de hecho pensé que sería un psicópata en potencia y que Draco me tendría miedo u algo por el estilo, afortunadamente se ve que me tiene confianza y nos llevábamos bien, cosa que es un gran alivio.

Cuando me dirigía hacía la sala para descansar un poco, me encontré con Ersa sosteniendo a Belvoix entre brazos.

Escamas de SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora