𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖

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—¿Tengo manchados los dientes de pintalabios? —pregunté, enseñándole mi dentadura mientras llegábamos al vestíbulo del Berkeley

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¿Tengo manchados los dientes de pintalabios? —pregunté, enseñándole mi dentadura mientras llegábamos al vestíbulo del Berkeley.

Yeri siempre iba perfectamente arreglada; incluso a primera hora de la mañana y con resaca estaba a una capa de rímel y un par de tacones de ser la anfitriona de un almuerzo benéfico, mientras que a mí siempre se me pegaba el papel higiénico en el tacón o se me desabrochaba un botón justo antes del momento más crucial de mi carrera. Quería que pareciera que esa noche lo tenía todo controlado.

Quería que la gente me viera y pensara que Sehun era un idiota por haberme dejado escapar, en lugar de pensar que la situación era complicada pero comprensible, dado que resultaba evidente qué elección hacer entre Yeri y yo. Esa noche no quería sentirme como la ex despechada. Quería sentirme guapa. Glamurosa. Y sexy. Quería sentirme una mujer con la que los hombres se casaban, no la perdedora.

Jungkook buscó mi mano, y noté un aleteo en el estómago como si fuera una niña de diez años que se hubiera puesto los tacones de su madre. Por un momento olvidé que estaba a punto de encontrarme cara a cara con Sehun y Yeri. Hacía tiempo que un hombre no me tocaba como un amante. Echando la vista atrás, no recordaba la última vez que Sehun me había cogido de la mano. Y Jungkook era ridículamente guapo. Tenía ese tipo de atractivo que me hacía apartar la mirada porque casi cegaba.

Estás jodidamente sexy —susurró— Ahora vamos a conocer a tus amigos.

Lo miré mientras nos desplazábamos por el largo pasillo. ¿Pensaba eso de verdad o solo estaba tratando de detener la creciente ansiedad que parecía desbordarme esa noche? Porque él sí que estaba sexy. Caminaba con firmeza, pero no había visto ninguna señal que condujera al salón de baile.

¿Sabes a dónde vas?

El correo que me enviaste decía «el salón de baile». Es por aquí.

¿Has estado aquí antes? —¿Estaba acostumbrado a ese tipo de fiestas en hoteles de cinco estrellas? ¿Las disfrutaba? ¿Qué tipo de vino bebía? Demasiadas preguntas.

Sí, algunas veces. Ya sabes, cenas de caridad. Reuniones con clientes...

En realidad no sé nada de ti. —Esa noche llevaba la palabra «desastre» escrita por todas partes. Pero solo teníamos que hacer acto de presencia, y luego le propondría una salida rápida.

Jungkook me apretó la mano cuando mi amiga Rosé se acercó a nosotros. Sus ojos pasaron de mí a Jungkook y luego de nuevo a mí, algo más abiertos que antes.

Me alegro de que hayas venido —dijo antes de darme un abrazo—. Eres un ser humano increíble.

No dirías eso si supieras lo que estoy pensando.

Estás aquí, eso es lo que cuenta. Y estás completamente increíble. —Dio un paso atrás para examinarme de pies a cabeza—. Qué aspecto más sexy tienes...

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙚𝙣𝙙 𝙇𝙤𝙫𝙚 | ℓк αυ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora