11- Marcos Ginocchio

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Enero 2023

Era un martes bastante tranquilo en la casa de Gran Hermano. Estaba acostada en el jardín con mi novio, Marcos, mientras pensaba mis nominaciones de hoy. Mis dos primeros votos tenían nombre y apellido asegurado.

Camila me tenía harta, esta completamente obsesionada con Marcos.

Esta todo el tiempo encima de él y tratando de hacerse la amiga o incluso buscando cualquier excusa para tocarlo todo el tiempo. Yo no me consideraba una piba celosa pero me molestaba mucho que no entendiera la palabra no.

Siempre notaba a Marcos incómodo cuando ella estaba cerca, y hasta lo habíamos hablado varias veces, pero los dos llegamos a la conclusión de que es nueva y solo quiere caer bien, aunque en sus intentos quede como una pesada.

Sabiendo esto, generalmente trataba de controlarme, pero habían ocasiones que me sacaba de quicio. Primero Camila empezó con la onda de pegarle todo el tiempo a Marcos, y realmente todo el tiempo. A veces estábamos los dos tomando sol en el jardín y de la nada le volaba un almohadón a la cabeza de Marcos, o él estaba lavando los platos y venia por atrás y le pegaba. O incluso se lo encontraba en el pasillo y le tiraba de la ropa con fuerza.

Al principio todos nos lo tomábamos en joda hasta que no fue más gracioso y lo tuve que obligar a Marcos que le diga a Camila que parara de pegarle, y cuando lo hizo y no paro, empecé a tener que pegarle yo. Le devolvía cada almohadonazo que le pegaba a Marcos, y puede ser que con un poquito de bronca. Pero entendió y no le volvió a pegar más.

Ahora, tomando sol en el patio estaba observando la nueva actividad favorita de Cami: tocar a mi novio. En un período de dos horas le pidió a Marcos para sentir sus bíceps, que la abrazará, y se le tiró encima en la pileta.

Mi novio, que lo que tiene de bueno lo tiene de boludo, con la mayor cara de incomodidad de la historia le decía a todo que sí y me buscaba pidiendo ayuda. Yo decidí respirar hondo y dejarlo pasar porque no quería quedar como una tóxica o una loca. Hasta que no puede más.

-Marcos, ¿no me ayudas con el protector solar?- pregunta Camila corriéndose el pelo de la espalda. Vale aclarar que en la jardín estaban todas las chicas que podían ayudarla, pero ella se decidió por Marcos.

-Yo te ayudo Cami- le respondí con la sonrisa mas falsa de la historia parándome enseguida de la silla. Camila sonrió un poco incómoda y dejó que la ayudará. Intente no ser tan brusca pero a veces se me salían los golpecitos por la espalda.

-Ahí quedó- le sonreí y volví con Marcos que me miraba con una sonrisa burlona.

-Que celosa que me saliste- me dice bajito mientras me siento en el pasto junto a él.

-Bastante me estoy aguantando, Coty ya me ofreció de cortarle la cabeza a su oso y todo- Le digo ya cansada, Marcos se ríe y me da un beso.

-Te estas volviendo rubiecito mi amor- le digo después de haberle mirado un buen rato mientras paso una mano por su pelo. -Justo cuando pense que no podías ser mas lindo- sonrío y me acerco para besarlo una vez mas.

-¿Tomamos unos teres?- dice Camila sentándose al lado de Marcos. Los dos la miramos con la peor de las ondas, ¿podía ser que esta piba estuviera en todos lados?

-Yo no tomo- dice Marcos con la mano en mi pierna mientras se concentraba en lo que parecía contar todo el pasto del jardín.

-Yo tampoco- le sonrío invitándola a irse, cosa que no parece entender porque enseguida nos sacó charla, o mas bien empezó a hablar ella.

Al ratito Alexis, que pareció entender mi cara de sufrimiento, vino a sentarse a mi lado y me sacó charla.

-Cami no me toques mas la espalda- dice Marcos con un tono cansado. Mi cabeza se gira estilo el exorcista y la veo como lo pellizca mientras se caga de la risa.

One Shots - Gran HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora