𝐈. THE BLACK CAT

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OO1. ¡ EL GATO NEGRO !

Ya había sonado la última campanada que informaba las 12:00am, la única hora en que Eunseo podía salir de aquellas cuatro paredes sin que nadie se diera cuenta de ello. Una adolescente normal estaría disfrutando de un reparador sueño de belleza, pero lamentablemente ella no lo era.

Por más que deseara eso, sabía que no sería posible.

No mientras siguiera viviendo bajo el cuidado de sus padrastros, a los ojos de otras personas los Cheng eran buena gente, pero desde el punto de vista que Eunseo tenía, ellos eran unos monstruos, así es como los describía. Tal vez era exagerada... No, la verdad no exageraba en absoluto, la palabra exageración queda corto ante esa descripción.

Eunseo puse sus pies en la fría madera de su habitación —si es que al ático se le pudiera llamar así— porque ahí es donde pasaba la mayoría de su tiempo. En esas cuatro paredes que ni siquiera tapaban un poco del frío que hacía.

Más aún con ellos viviendo cerca de la costa.

Salió sin hacer mucho ruido, ya tenía experiencia gracias a los meses en que salir se había vuelto una mejor idea antes que dormir, porque aunque lo intentara ella ya no podía.

Daba igual.

Desvelarse dentro o fuera de esa casa, ambos lugares eran igual de fríos.

Al menos tenía una sudadera que lograba cubrir un poco de todo el frío.

Bajó por las escaleras con sumo cuidado, las luces de todo el lugar se encontraban apagadas, lo único iluminando un poco de su camino era la luz natural de la luna, su mejor compañera en momentos como ese.

Salió de la gran y vieja mansión con éxito.

Así es como se encaminó hasta su lugar favorito, sin importarle mucho el hecho de estar sola en las calles. Se supone que una adolescente de diecisiete no debería andar deambulando por ahí sin compañía, pero Eunseo no tenía a nadie que se preocupara realmente por su bienestar, así que no tenía ninguna inquietud con ello.

Conforme más caminaba, sus pies se sentían más de la humedad, eso significaba que ya se encontraba cerca de su lugar.

Río bajito sentándose en una de las enormes rocas que la rodeaban.

— Tranquilidad —respiró pausadamente—. Eso es lo único que pedía y necesitaba

Dejó caer su cabeza contra otra roca siguiendo su tarea de respirar tranquila, como si no estuviera cerca de mar, como si no le importaran las frías temperaturas que le rodeaban.

Escondió la cabeza en sus rodillas, cómo si así pudiera refugiarse de todo aquello que la tenía aprisionada. Los sollozos comenzaron a escucharse con el pasar de los segundos, terminando en un llanto del cual solo la luna era expectante todas esas noches en las que asistió.

❛DREAMY GIRL. ━ jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora