Mi Adorada ¿Esposo?

Su cabello

Escuche un silencio por toda la habitación que jamás me percate que fuera así de silenciosa la noche.

— Maestro Jeon.. — Sus ojos notaban preocupación ante mi silencio rotundo

— ¿Qu-que clase... de broma es esta Jinhwa? — ella negó y suspiró quitando una de sus prendas dejando ver al descubierto su pecho, que solo era envuelto por una fina tela, tape mis ojos pero de inmediato mire al percatarme que si era un hombre

— Joven maestro, esto no es una broma — trague saliva y sentía que me desmayaria ahí mismo, necesito alguna dosis de esa plantita que me hace feliz. — Joven maestro ..

— ¿Y quién se- hermano? Pero si Jinhwa nunca... — mire su rostro y la verdad era idéntico al de jinhwa, o al menos el rostro que recuerdo — Por que te pareces .. ¡no comprendo nada!

— Déjeme explicarle — guarde silencio esperando que hable — Como ya le dije, soy el hermano de Jinhwa, soy su hermano gemelo, Park jimi-

— !¿Hermano gemelo?! ¡¿Jinhwa tiene hermano gemelo?!

— Joven maestro, baje la voz, pueden oírlo — el se sentó — yo me fui de pequeño de aquí, viví con mis tíos producto de problemas familiares

— ¡¿Y eso que?! ¿Por que tu te haces pasar por mi esposa? — levante la voz exaltado

— Jinhwa antes de venir a la boda, huyó, no dejó nada, y se fue. Mi padre entró en desesperación, y al verme, me pidió vestirme así, para no deshonrar a la familia — agacha la mirada — Le pido que me perdone, pero encontraremos a mi hermana

— ¿Pero como es que se fue?, ¿por qué?— el se levanta y me muestra un dibujo de un hombre — ¿quien es.. el?

— Mi hermana huyó con ese hombre, el era un aprendiz de guardia de mi padre, mi hermana lo dibujaba cada segundo que podía, por lo que pienso, que se fue con el — miraba y miraba la imagen y apreté esta en mis manos. — Se que esto debe ser duro para usted, pero no podía mentirle, menos si dormiremos juntos

— ¡¿Dormir juntos?!, ¡Claro que no!, ¡me han mentido! — Exaltado

— Joven maestro por favor , comprendanos, es lo mejor por ahora, yo seré su esposa, acatare todo lo que diga, pero.. me debe ayudar y seguirme el juego, frente a los demás, frente a su familia.. — Me levante y tocaba mi cara

— Me pides mentirle a mi familia, eso es imposible —

— Es solo por un pequeño tiempo joven maestro, encontraremos a mi hermana, y ella quedará a su lado como corresponde, por el trato de su familia con la mía — lo mire molesto

—¡¿ Como podría quedarme a el lado de Jinhwa si huyo con otro hombre?!

— Es un noble joven maestro, Y esto es un matrimonio arreglado, por lo que usted sabe — Se me acerca y yo retrocedi unos pasos — Que no es necesario el amor en estos caso.

Tiene razón, Jinhwa se fue.. por que no me amaba, pero yo si a ella.

Mire a Jimin unos segundos y suspire sentándome en las sábanas, no puedo creer que me pase esto a mi, se supone que una boda no es así, ¡jamás sería así!, esto solo pasa en las historias de las ancianas que le cuentan a los niños.

— Bien, seguiremos el juego — mire su rostro decidido, debo hacerlo, por la deuda — Pero ni se te ocurra besarme o abrazarme al dormir aquí

— No se preocupe joven maestro, no me gustan los hombres, y tanto como usted.. yo no disfrutaré estos momentos a su lado — note la sinceridad en sus ojos y suspire

— Saldré a.. caminar, vuelvo luego — salí sin más de la habitación de mi casa y mire la luna — esto tiene que ser un sueño

Me encamine por el sendero del bosque y mire la luna, un agotado suspiro salió de mi boca y me apoye en un árbol sintiéndome angustiado. Se suponía que nada de esto debió haber pasado así, hoy era mi día especial, y todo se arruinó por algo que esta más allá de mi alcance, el sentimiento en mi pecho y el amargo sabor en mi boca me hacen saber que estoy mal.

Mire la luna nuevamente y tome aire tratando de relajarme.

— Bien Jeon, tu puedes con esto — regrese por el mismo camino a casa y al entrar vi que el ya dormía en las sabanas, me acerque para apagar la vela que estaba a su lado, pero al estar tan cerca comencé a mirarlo.

Su rostro a pesar que es como Jinhwa, es nuevo para mi, su piel es más pálida y se ve más suave, y su cabello, tan negro como la noche, es una verdadera belleza.

— En que me metí.. — apague la vela y me recoste lejos de el, mirando el techo.