CW - Violencia ligera, mención de abuso pasado. SFW.
Cuando el Señor Styles llega al club, todos los trabajadores ponen en marcha el protocolo que han ensayado mil veces anteriormente, pues nadie desearía causarle algún infortunio al, posiblemente, hombre más peligroso de Londres. Pocos han vivido para contar lo que ocurre cuando recibes una mirada desaprobatoria del hijo menor Styles, la familia con niveles de poder y dinero exorbitantes, pero, sobre todo, con una reputación incuestionable.
Característicos por su alto nivel de elegancia y gusto por cosas excéntricas, los Styles abrieron un club exclusivo, donde llevaban a cabo todas las reuniones de alta discreción sobre su negocio. Sin embargo, en el club, sabían que esta ocasión sería muy diferente a esas noches de tranquilidad. Por ello, debían tratar con sumo cuidado el orden de las cosas, los itinerarios, los detalles, incluso los más mínimos.
Es cuando los guardias hablan a los micrófonos escondidos en sus mangas largas que todos en el club se ponen en marcha; apenas escuchan el sonido del Audi R8 estacionándose en la entrada -que él mismo conduce, porque ¿quién mierda contrata chóferes? Malditos perdedores– y todos han tomado posiciones para cumplir con su tarea.
La labor más difícil, sin duda la tiene Antoinette, quien debe recibir al alfa heredero de la gran fortuna, llevarlo a su destino y asegurarse que nada esté fuera de orden cuando sus "invitados" lleguen. Ha sido fácil para ella, pues nunca ha cuestionado nada y sirve a sus jefes con pasión, pero solo los tontos se confían, así que lo conveniente es tener contento al Señor Styles.
Las puertas se abren y el Señor Styles –un alfa, de apenas 29 años– hace presencia caminando directo por el pasillo. Él conoce el recorrido de sobra, pero Antoinette aprendió que "piensa mejor" cuando alguien está ahí para escucharlo.
No hay saludos, ni cortesías. Se vieron apenas hace unas horas, con un ambiente de rabia y tensión muy diferentes, pero ahora el Señor Styles parecía más complacido. Se quitaba los anillos de los dedos y Antoinette los sostenía en una bandeja de plata que pronto llevaría a esterilizar. Caminaban, y caminaban, pasos ahogados en la alfombra aterciopelada que cubría todo el suelo. Los trabajadores tomando sus posiciones, haciendo el mínimo ruido posible.
"¿A qué hora llegarán?" es el Señor Styles quien lo pregunta, Antoinette no necesita mirar su reloj.
"Veintiocho minutos. El segundo salón está preparado" responde.
"Recíbelos con el mejor de los tratos. Sobre todo, a él, asegúrate que esté cómodo" el Señor Styles no necesita decirlo, pues Antoinette valora su vida, pero de todos modos asiente.
"Su traje y zapatos están en el cambiador. Tendré sus anillos en un momento" indica y el Señor Styles desaparece en un dormitorio. Por esos breves minutos los trabajadores se permiten soltar el aire que han estado reteniendo, apresurándose para tener el banquete y la recepción lista.
Al salir con un nuevo traje de pulcro azul, Antoinette extiende a su jefe la bandeja limpia y estéril. El Señor Styles coloca sus anillos, con más atención, con más delicadeza. Deja uno en la superficie plateada, sin mirarlo otra vez. Es el anillo que colocaba en su dedo anular izquierdo.
"Puedes devolverlo a mi alhajero. Esta noche no lo necesitaré".
"Entendido ¿Me acompaña?" caminan nuevamente hasta el ascensor. Entonces sus caminos deben separarse. Antes de que el hombre preguntase, ella se adelanta "En el bolsillo de su saco, los cristales son del mismo tono, me aseguré personalmente".
"Gracias, Antoinette" dice él, nunca perdiendo la esencia que encanta a todo el mundo. Las puertas del elevador se cierran y Antoinette corre al encuentro con los invitados. Tan solo cinco minutos y todo daría inicio.
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Señor Styles | OS | ABO
FanfictionEl Señor Styles tiene un tono de azul preferido. Uno que solo él puede ver cuando está en el paraíso.