CAPITULO 21:

350 35 6
                                    

DÍA DE ACTUALIZACIÓN!!!!

LAMENTO LA DEMORA. ESTABA EN EXÁMENES MÉDICOS.

A DISFRUTAR!!!!

MONI EN MULTIMEDIA

**************************

Días después...

La semana volvió a empezar y las ocupaciones nos envolvieron una vez más. Tanta dicha del fin de semana no pudo ser cierta. Era miércoles, y tres días habían pasado desde el almuerzo con el señor Donnovan. Una salida que quedaría siempre en mi memoria por muchas razones. Pasé la aspiradora por uno de los suelos, mientras recordaba cada suceso de esa tarde. Primero la nueva amistad que había generado con el señor Ben y su esposa Olga. Efectivamente ella había conocido a mi madre. Eso me confirmó en el poco tiempo que el señor Andrew estuvo en la caja, pagando el almuerzo.

Disimulamos mucho mientras dialogábamos casi en susurros. Pero las fotos y su entusiasmo al ver que yo estaba bien, expresaban que de verdad me conocía y a mamá tambien. Ahora en mi armario debajo de la ropa interior y bajo llave, estaba un papelito con su número de teléfono, para contactarla y que nos viéramos en mi día libre. Suponía que mi entrada a los Estados Unidos no había sido legal, y teníamos demasiado de lo que desatrasarnos, sin que mi jefe y su esposo se dieran cuenta. Ya Diosito y el tiempo nos dirían, cuando se daría la ocasión.

Luego, cuando íbamos a partir, la sugerencia de Andrew, y como terminamos en la playa de Santa Mónica, por dos horas, mientras yo disfrutaba del atardecer, la arena en mis pies y la visión del mar tranquilo pegando en la orilla. No me presionó para que nos fuéramos. Solo me dejó estar allí y contemplarlo todo. No pude evitar una sonrisa, al recordar todo eso.


FLASHBACK:

—No entiendo que estamos haciendo aquí.

Extrañamente esa parte de la playa, estaba solitaria.

—Dijiste que tu ex marido no te permitió mucho ver el mar, y solo lo viste una vez, de pequeña—una sonrisa se empezó a formar en mi rostro.

—Y me trajiste aquí para cumplir ese sueño.

— ¿No te emociona verlo, y su inmensidad?

—Pues sí. Pero en los primeros días de llegada aquí a Los Ángeles, vine a verlo—su cara de suficiencia se borró.

—Entonces ya no te emociona.

Me sentí mal, por responderle de esa forma.

—Claro que me emociona. Me gusta el mar. Solo...

«No esperaba que fueras a hacer esto por mí». Pensé.

— ¿Solo que...?—negué.

—Nada. Me alegra volver. Ahora que soy un poco más libre, me hace muy feliz estar de nuevo aquí, sin que me digan que no puedo.

Y sin pensar si él estaba de acuerdo o no, me removí los zapatos, sujetándolos en mano, caminando por la arena suavecita, y luego metiendo los pies al agua, mientras cerraba los ojos. Me sentí cómoda a pesar de su presencia. Que el solo sonido del agua rompiendo en la playa, y enfriando mis pies, me daba paz. La que no había tenido en mucho tiempo. Unos minutos después, sentí pasos a mi lado, y al mirar, Andrew tenía tambien sus zapatos y calcetas en mano, imitándome y metiendo los pies en el agua fría. Abrí la boca, sorprendida, y el solo sonrió.

— ¿Qué? A mi tambien me gusta el mar.

Y su sonrisa me dijo, que no le molestaba para nada, todo lo que yo era.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora