48: El Legado Del Lobo (II)

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Jessie

Lo primero que vio al entrar al sótano fue a Mae tirada contra una pared, estaba inmóvil aunque hacía esfuerzo por moverse. Lo segundo, fue Sarah acariciando la cabeza de Maya y Hazel.

-Oh, ustedes son tan adorables- les decía a las niñas. Entonces sucedió algo que no esperaba. Maya mordió el dedo de Sarah fuertemente, clavando sus dientes en la piel de la mujer. Hazel le pujó el cabello bruscamente y Sarah comenzó a chillar cuando la sangre brotó de su dedo. Y un perrito pequeño de color marrón saltó sobre ella y comenzó a arañar sus brazos que se cubrían por el traje y su rostro. La tela era fina así que los rasguños fueron suficiente como para que se pusiera de pie.

De todas formas, Edward comenzó a morder sus piernas y ella trataba de alejarlo. Entonces se fue corriendo de el sótano, sin siquiera notar a Jessie y olvidándose del libro.

Jessie se acercó a Mae de inmediato y la ayudó a ponerse de pie. Fue difícil pero finalmente lo logró y los niños también fueron hacia ellas. Diane les acarició la barbilla, orgullosa, al igual que Mae.

-Muy bien hecho, niños- les felicitó ella. Era increíble que ellos, con solo dos años, pudiesen haber espantado a Sarah y defenderse, atacarla.

Se quedaron allí en el sótano, cuidando del libro.

Addison

Una bala iba hacia ellos, especialmente hacia Zachary, que ya no tenía tanta energía como para hacerlos invisibles. Así que ella se encargó y dirigió la bala a la burbuja de Alder, que estaba justo frente al hombre. Cuando la bala rebotó y le dio entre ambas cejas, lo mató.

Olivia

Sí, Paul estaba cada vez más grande, estaba creciendo. Observó como los hombres fracasaban a pesar de las muchas balas que perdían.

Jaiden

Un asistente venía con una ametralladora en su dirección, por lo que Alex lo empujó hacia el otro lado y cayeron ambos al césped. Pasaron por detrás de un árbol y Jason arrojó unos cuchillos a ese hombre antes de tirar de Agustina que estaba en la mira de un hombre con otra ametralladora.

Isaac

Una bala casi rozó el hombro de Amy, así que él detuvo la bala y alzó al hombre contra la fuente. Se golpeó la cabeza y falleció. La sangre manchó la piedra gris de la fuente pero no importaba ya. Observó como Davies se hacía el héroe con una espada filosa, parecida a la de Paul.

Davies

Empujó suavemente a Diane para que estuviera detrás de él. Le habían quitado el arma a un hombre que ahora se defendía con un cuchillo, eso lo había obligado a quitar la espada que había encontrado el otro día en la pared.

El hombre trataba de apuñalarlo pero solo logró cortar el rostro de Davies que ardía y palpitaba.

-La pistola, Diane- le susurró a la chica y ella corrió hacia la parte en la que había caído el arma-. Guárdala.

Prefería usar la espada, la pistola estaría con ellos por si la necesitaban. Diane no le hizo caso y antes de guardarla, disparó a un hombre que había estado inconsciente hacía un rato y ahora estaba despertando.

-Ahora sí- ella sonrió y dejó el arma reposar en su bolsillo trasero.

Davies logró cortar profundamente la pierna del hombre, dejando que brotara la sangre. Aprovechando la distracción del hombre, le clavó la punta del cuchillo en el cuello y de ahí surgió una hemorragia. Se murió.

El Legado Del Lobo (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora